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Actitudes hacia anglicismos necesarios y superfluos: Un estudio sociolingüístico entre neoyorquinos bilingües

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Academic year: 2022

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Examensarbete

Kandidatnivå

Actitudes hacia anglicismos necesarios y superfluos

Un estudio sociolingüístico entre neoyorquinos bilingües

Författare: Hans Eriksson Examensarbete nr:

Handledare: Pierre Andersson

Examinator: Arantxa Santos Muñoz

Ämne-huvudområde: Spanska Högskolan Dalarna

Kurskod: SP2020 791 88 Falun

Poäng: 15hp Sweden

Ventilerings-/examinationsdatum: Tel 023-77 80 00

Vid Högskolan Dalarna har du möjlighet att publicera ditt examensarbete i fulltext i DiVA. Publiceringen sker Open Access, vilket innebär att arbetet blir fritt tillgängligt att läsa och ladda ned på nätet. Du ökar därmed spridningen och synligheten av ditt examensarbete. Open Access är på väg att bli norm för att sprida vetenskaplig information på nätet. Högskolan Dalarna rekommenderar såväl forskare som studenter att publicera sina arbeten Open Access. Jag/vi medger publicering i fulltext (fritt tillgänglig på

nätet, Open Access): Ja ☒ Nej ☐

(2)

Abstract

The primary purpose of this study was to investigate the attitudes towards English loanwords,

"anglicisms", among Spanish-English bilinguals in the Metropolitan area of New York.

According to the 2010 US Census, this area encompassed approximately 3.5 million people above the age of 5 speaking Spanish at home, excluding the quantity of people who have some knowledge of Spanish but who do not speak it at home.

The method used was a direct one, whereby we sent out a questionnaire, inquiring about the acceptability of 6 anglicisms deemed "necessary" and 6 anglicisms deemed "superfluous" as well as inquiring about the informants’ attitudes towards not only the users of anglicisms but also towards the broader use in society. Given that our goal was to not only have an equal amount of women and men, but also to have 3 clearly defined age groups, for whom Spanish is the maternal language, our end result of 12 participants fitting that description was somewhat underwhelming which led to problems drawing relevant conclusions.

Our main hypothesis was that we would find a higher generalized acceptance level towards anglicisms among our informants across all variables as compared to the wide disapproval found in the broader US bilingual population. In addition, we expected to see no major age-related differences in the attitudes and that men and women be equally accepting towards the necessary anglicisms but that women would show a lower level of approval towards the superfluous anglicisms.

Our hypotheses were mostly borne out by our data other than for the one assuming no age- related differences in attitudes towards our two categories of anglicisms. The results indicated a markedly lower acceptance level in the oldest age-group than in the 2 younger age-groups, but only for the superfluous kind, while the necessary anglicisms saw similar approval levels across all age-groups.

Keywords: bilingualism, Metropolitan New York, loanwords, anglicisms, linguistic attitudes

(3)

ÍNDICE

1. Introducción……….1

1.1 Objetivo e hipótesis………2

2. Marco teórico………...3

2.1 El bilingüismo………...3

2.1.1 El bilingüismo en el área metropolitana de Nueva York………4

2.2 Transferencias léxicas………...4

2.2.1 Extranjerismos y anglicismos……….6

2.3 Actitudes lingüísticas……….7

2.3.1 Actitudes hacia los anglicismos……….7

3. Metodología……….8

3.1 Datos generales y los cuestionarios………...9

3.1.1 Las palabras utilizadas………...11

3.1.2 Los ítems………12

3.2 Los informantes………...13

4. Presentación y análisis de los datos………...14

4.1 La aceptabilidad de los anglicismos………15

4.1.1 Los puntajes de aceptabilidad de los AN y AS entre hombres y mujeres…………..15

4.1.2 Los puntajes de aceptabilidad hacia los AN y AS entre los 3 grupos etarios……….16

4.1.3 Los puntajes de aceptabilidad de los AN y sus equivalentes……….16

(4)

4.1.4 Los puntajes de aceptabilidad de los AN y sus equivalentes……….18

4.2 Las actitudes hacia los usuarios y el uso social………...21

4.2.1 Los puntajes de conformidad con los ítems positivos………21

4.2.2 Los puntajes de conformidad con los ítems negativos………22

4.2.3 Los puntajes de conformidad con las afirmaciones sobre el uso social……….24

5. Conclusiones………..25

Bibliografía………28

Anexos………...31

Anexo I) El cuestionario……….……….31

Anexo II) Tabulación de las respuestas………...………34

(5)

[1]

1. Introducción

Este estudio, que es una continuación y extensión de un estudio piloto efectuado por el autor en el otoño de 2019, se centra en las actitudes hacia los anglicismos necesarios y superfluos de algunos de los bilingües español-inglés en el área metropolitana de Nueva York (en lo que sigue, abreviado AMNY) en particular, debido a la cantidad de hispanohablantes y la masiva afluencia continua de inmigrantes, la larga historia de bilingüismo inglés-español y además por su estatus de centro comercial, financiero y cultural del mundo, un estatus que implica un contacto más extenso con una amplia variedad léxica de la lengua inglesa.

Por consiguiente, la invitación , dirigida a un grupo monolingüe hispanohablante, corre el riesgo de ser no solo ininteligible pero incluso irritante, mientras un grupo de bilingües en Manhattan probablemente no tuvieran ningún problema de entender el significado: ¡Save the date! Por favor cliquee el link si le interesa acompañarnos este weekend a un evento de team building.

Terminadas las actividades, planeamos lonchar en el restaurante Diego’s. Dress code: Casual.

Los datos del censo más reciente de los EE.UU. en 2010 demuestran que de los 18.9 millones de habitantes en el área metropolitana de Nueva York, 3.5 millones personas mayores de cinco años hablan español en casa. Este número excluye la cantidad de personas que tengan cierto dominio de la lengua española pero no la hablan en casa. La proporción de habitantes nacidos fuera del país donde residen, en el caso de AMNY, es la más alta de todas las áreas metropolitanas del mundo. En los EE.UU., sólo el área metropolitana de Los Ángeles reporta un número más alto de hispanohablantes, 4.4 millones (Wikipedia, 2010).

No obstante, como explica Silva-Corvalán, dentro de cada comunidad bilingüe existe una gran divergencia y dinamismo en cuanto a la capacidad en la lengua subordinada durante la vida de cada individuo, también conocido como bilingüismo cíclico (2017: 300). Sería de menos interés investigar los niveles de comprensión en la comunidad bilingüe en AMNY pero de suma importancia analizar los niveles de aceptabilidad de las transferencias léxicas llamadas anglicismos, (término que explicaremos en 2.2 y 2.2.1), cada día más prevalentes en los EE.UU.

y en AMNY en particular. Este aspecto sociolingüístico es un tema actual, dado que la

incorporación de anglicismos en conversaciones entre bilingües (a veces denominado Spanglish,

tema que tocamos en 2.3.1) “lleva a los bilingües y al público en general a evaluar el uso del

(6)

[2]

español de los EE.UU. de forma negativa” (Silva-Corvalán, 2017:342), algo que puede tener consecuencias para las futuras generaciones. En este estudio vamos a hacer una distinción entre los dos anglicismos señalados por la Real Academia Española (2001) como los necesarios y los superfluos o innecesarios definidos de esta manera: Necesarios: “Son aquellos para los que no existen, o no es fácil encontrar, términos españoles equivalentes, o cuyo empleo está arraigado o muy extendido”. Superfluos o innecesarios: “Son aquellos para los que existen equivalentes españoles con plena vitalidad”.

Este trabajo consta de 5 capítulos. En el primer capítulo presentamos el objetivo y la hipótesis de la tesina. Dedicamos el segundo capítulo a las teorías utilizadas para dar soporte al estudio, como el bilingüismo, las transferencias léxicas y las actitudes lingüísticas así como un breve recorrido por algunas investigaciones relacionadas a nuestro campo de estudio. En el tercer capítulo exponemos la metodología, es decir, la manera en la que hemos estructurado la recogida y el análisis de los datos para llevar a cabo el trabajo. En el capítulo cuatro presentamos los resultados obtenidos y proponemos un análisis. En el quinto capítulo, incluimos una recapitulación del trabajo, sacamos unas conclusiones y ofrecemos unas sugerencias para futuros estudios vinculados a nuestro tema.

1.1 Objetivo e hipótesis

Nuestro objetivo es investigar las actitudes hacia anglicismos en AMNY, un ambiente de bilingüismo social, es decir, grupos numerosos de individuos que tienen la capacidad de comunicar tanto en inglés como en español (Silva-Corvalán, 2017: 310-311). Las preguntas fundamentales que esperamos contestar son:

¿Qué actitudes tienen nuestros informantes bilingües inglés/español en AMNY hacia, ante todo el uso, pero también hacia los usuarios de los anglicismos necesarios y superfluos?

Empleando las variables edad y sexo, planteamos las siguientes preguntas: ¿Hay diferencias entre

hombres y mujeres en cuanto a las actitudes hacia, no solo el uso de los anglicismos necesarios,

superfluos y sus equivalentes en español , pero también hacia los usuarios? ¿Estas mismas

posibles diferencias también se notarán entre los tres grupos etarios elegidos?

(7)

[3]

Debido al ambiente lingüístico del AMNY, con un alto nivel de exposición a una variedad lingüística rica y un bilingüismo inglés-español prolongado, suponemos notar en general un nivel de aceptabilidad elevado hacia el uso de anglicismos necesarios y superfluos, a diferencia de la tendencia general en los EE.UU. de tener actitudes bastante desfavorables (véase 2.3.1). Más específicamente, nuestra hipótesis es que entre nuestro grupo de doce informantes, las actitudes hacia tanto los anglicismos necesarios como los superfluos no reflejarán diferencias etarias muy notables. En cuanto a la variable género suponemos una aceptabilidad semejante por los anglicismos necesarios, pero más alta entre los hombres por los anglicismos superfluos. Esto estaría en concordancia con estudios previos que han mostrado que “el habla femenina es más conservadora que la masculina y se evalúa como más correcta” (Silva-Corvalán, 2017: 115).

Además, suponemos encontrar casos donde un anglicismo se favorece más que su equivalente en español. Si estamos correctos en esta suposición, pensamos que dentro de nuestra categorización de anglicismos, este fenómeno es más prevalente entre los anglicismos caracterizados como necesarios que entre los anglicismos superfluos, terminología que acabamos de explicar en la introducción.

2. Marco teórico

2.1 El bilingüismo

No existe un acuerdo general sobre cómo definir el bilingüismo, pero nosotros vamos a

referirnos en este estudio a la definición de Lüdi: “Bilingüismo no es el dominio perfecto e

idéntico de dos lenguas sino la capacidad de utilizar dos o más lenguas en distintos contextos y

con distintas modalidades” (1994, citada en Siguán, 2001: 28). Esta definición, en nuestra

opinión, refleja de manera adecuada la situación en el AMNY. Al mismo tiempo, en cuanto a la

capacidad de los bilingües en AMNY de expresarse en las dos lenguas, hay que tomar en cuenta

la existencia de un rango de competencia, del nivel mínimo al nivel máximo. Haugen define el

nivel mínimo de esta manera: “El bilingüismo empieza en el momento que el hablante de una

lengua es capaz de emitir mensajes completos y con sentido en otra lengua” (1953, citado en

Siguán, 2001: 28). Halliday, McIntosh y Stavans describe el otro extremo del rango, el nivel

máximo, de esta manera: “El equilingüismo ocurre cuando una persona puede utilizar dos

(8)

[4]

lenguas distintas en cualquier situación y con plena competencia sin ninguna interferencia”

(1968, citado en Siguán, 2001: 28).

2.1.1 El bilingüismo en el área metropolitana de Nueva York

En AMNY, la cantidad de grupos que pueden comunicar en dos lenguas, es decir, lo que Silva- Corvalán denomina bilingüismo social (2017: 300), es la más alta del mundo y constituye un terreno fértil para estudios sociolingüísticos por la constante metamorfosis lingüístico. Nos parece lógico suponer que la cantidad de idiomas que se puede encontrar en AMNY, que según Endangered Language Alliance alcanza aproximadamente ochocientos en NY (Lubin,2017) y dialectos y el influjo continuo de modernismos, tanto concretos como abstractos, y el hecho de que el inglés es el único denominador común, en realidad la lengua franca, entre la población neoyorquina, hayan fomentado un espíritu de aceptabilidad mayor hacia los anglicismos que el promedio de los EE.UU., no solo en las comunidades hispanohablantes pero en cualquier comunidad investigada.

También es interesante especular sobre el aspecto de prestigio lingüístico en el uso de anglicismos entre bilingües español-inglés en AMNY. Es decir, tal como Anderson (2011:34) propone, que el uso de diferentes lenguas o variantes de una lengua no tiene nada que ver con ventajas lingüísticas sino que trata del prestigio inherente de la lengua dominante sobre la lengua minoritaria. Este mismo fenómeno bien puede presentarse en nuestro caso de anglicismos necesarios y superfluos salpicados en enunciados españoles en AMNY.

2.2 Transferencias léxicas

Como explica Silva-Corvalán, la transferencia de ítems léxicos, el foco de nuestro estudio, es un desarrollo natural y solo una estrategia entre muchas que los bilingües en situaciones de contacto de lenguas pueden utilizar para “hacer más liviana la carga cognitiva que implica recordar y usar dos o más sistemas lingüísticos diferentes” (2017: 302). Algo simplificado, podemos definir transferencia léxica de esta manera: el préstamo o transferencia de una palabra de una lengua a otra (Silva-Corvalán, 2017: 317).

Es imperativo señalar que la transferencia puede darse en todos los subsistemas de una lengua:

fonológico, morfológico, sintáctico, semántico, pragmático y léxico (Silva-Corvalán, 2017: 311).

(9)

[5]

Debido al tamaño limitado de este estudio, nos centraremos en los anglicismos léxicos, es decir, las transferencias estrictamente léxicas, distintas al campo de estudio más amplio, denominado cambio de código, que generalmente ocurre a nivel sintáctico y cuya definición es, según Milroy

& Muysken, “the alternative use by bilinguals of two or more languages in the same conversation” (1995:7).

Para utilizar una frase inglesa, apropiado dado el tema del trabajo, el intercambio de préstamos léxicos o transferencias léxicas entre el español de los EE.UU. y el inglés es un two-way street que poco a poco se va convirtiendo en un one-way street. En otras palabras, la influencia léxica del español sobre el inglés hoy en día es mínima comparada con la del inglés sobre el español, un escenario tal vez no muy sorprendente dado el estatus de lengua oficial y la dominancia sociopolítica del inglés.

Sin embargo, es importante destacar que el hecho de que las transferencias léxicas del inglés se hayan extendido tanto, no necesariamente indica una aceptabilidad elevada hacia el uso. En una encuesta efectuada en Corea del Sur, la autora confirma que “English loanwords are extremely pervasive in the Korean language and thus part of every Korean’s linguistic repertoire. Their abundance, however, does not automatically entail a positive attitude” (Rüdiger, 2018).

Como sugiere Silva-Corvalán, hay muchas variedades del español en los EE.UU. y todas comparten una acusada influencia del inglés, pero queremos mencionar las tres que gozan de mayor densidad geográfica: la variedad mexicana del Suroeste, la variedad puertorriqueña del /Noreste y la variedad cubana de Florida. El término preferible para referirse a estos dialectos anglicados del español, según Silva-Corvalán, es U.S. Spanish, aunque términos decididamente más frecuentes y peyorativos son Spanglish, Tex-Mex, pocho y border lingo (2017: 331).

Hay varias motivaciones por el uso de préstamos léxicos, pero nosotros solo queremos hacer

hincapié en las que nos parecen relevantes pare el estudio. Una es por necesidad, es decir, en los

casos de referirse a una cosa, persona, concepto, animal, etc., para lo cual no existe un lexema

en español. En una entrevista con Ambrosio Fornet, miembro de la Academia Cubana de la

Lengua, él pone de relieve que “los cambios en el idioma responden a necesidades expresivas, y

si una palabra satisface esa necesidad, se adopta rápidamente, sin pensarlo dos veces, sea cual

sea su procedencia, o se inventa y se utiliza como neologismo hasta que acaba imponiéndose o

(10)

[6]

desapareciendo” (Elcastellano.org, 2009). Como indica Fornet, la perdurabilidad de un préstamo léxico no es garantizada (ibid). El sector tecnológico está lleno de ejemplos de la desaparición de préstamos léxicos. Palabras de moda hoy en día y ampliamente reconocidas son social media y smart phone, pero hay que suponer que muy pocos jóvenes saben lo que es un VHS o un Walkman” La palabra mencionada, smart phone, es un ejemplo de un lexema, o préstamo léxico, que ha sido transferida sin ningún grado de adaptación, fenómeno denominado extranjerismo por Silva-Corvalán (2017: 317), tema que tocamos en breve en 2.2.1. El uso de préstamos léxicos también puede ser motivado por lo que la autora llama alternancia terapéutica/práctica es decir, por desconocer la palabra en español o recordar más fácilmente la palabra en inglés (2017: 350).

Como enfatiza el lingüista Azevedo: “Al que no sabe el nombre español de un nuevo aparato, le parece normal llamarlo breca (break), clocha (clutch), o troca (truck). Se trata de un proceso de aculturación, de un esfuerzo adaptivo normal en una situación de lenguas en contacto” (1993:

385).

Otro factor es de tipo psicolingüístico. Por ejemplo, se puede considerar a ciertas palabras como

“más expresivas” o que el préstamo transmite en forma más concisa lo que la persona quiere comunicar. Otro motivo mencionado por Silva-Corvalán es: “el estatus de mayor prestigio que se asigna a una de las lenguas en contacto lleva a los bilingües a usar lexemas de esta lengua en la otra como una señal del estatus social asociado con el conocimiento de la lengua del prestigio”

(2017: 319-320).

2.2.1 Extranjerismos y anglicismos

Nosotros aportaremos la definición de López Medina, quien explica que los anglicismos léxicos, la clase de extranjerismo que es el foco de atención de nuestro estudio, abarcan "la influencia ejercida por la lengua inglesa en el terreno del vocabulario de una lengua, con variadas manifestaciones”. Además, dice López Medina, que “puede incorporar nuevos significados en la lengua receptora, matiza o añade otros ya existentes” (2004: 18).

Para clasificar a los extranjerismos léxicos de nuestro cuestionario, vamos a utilizar las

distinciones señaladas por la Real Academia Española (2001):

(11)

[7]

necesarios: aquellos para los que no existen, o no es fácil encontrar, términos españoles equivalentes, o cuyo empleo está arraigado o muy extendido.

superfluos o innecesarios: aquellos para los que existen equivalentes españoles con plena vitalidad.

Ejemplos: abstract (en español, resumen, extracto), back-up (en español, copia de seguridad).

En cuanto a las palabras elegidas para este estudio, es imperativo destacar que la clasificación necesario/superfluo es arbitraria y entendemos que posiblemente no todos estén de acuerdo con nuestra interpretación.

2.3 Actitudes lingüísticas

Un campo inestimable dentro de la sociolingüística es el estudio de las actitudes lingüísticas, cuya definición, según John Edwards, es “una disposición a reaccionar favorable o desfavorablemente hacia una clase de objetos”. Los objetos en nuestro estudio son los anglicismos en un contexto bilingüe en AMNY pero obviamente puede referirse a muchos otros fenómenos lingüísticos, como la forma de emplear ciertas estructuras lingüísticas o variación en pronunciación para dar unos pocos ejemplos. Esta disposición tiene tres subcategorías:

sentimientos (el elemento afectivo), pensamientos (el elemento cognitivo) y actuar de cierta forma (elemento de conducta) (2009:83). Como enfatiza Silva-Corvalán, “las actitudes, positivas o negativas, pueden ser un indicio del fenómeno variable en cuanto a la posibilidad de que alguna de las variantes se convierta en la norma lingüística categórica” (2017: 85).

2.3.1 Actitudes hacia los anglicismos

Como acabamos de mencionar en 1.1, existe una amplia selección de estudios que tratan el tema de las actitudes hacia los anglicismos entre los hablantes del español peninsular y del español de América del Sur así como entre hablantes de otras lenguas.

Un ejemplo de actitudes mixtas hacia los anglicismos lo encontramos en Finlandia, donde un

estudio efectuado por Jódar-Sánchez y Tuomainen (2014) revela que: Surprisingly, most interviewees

think that anglicisms do not impoverish Finnish, but that they diminish the skills of speakers in their own native

language. They seem to understand that although the influence of English in Finnish, and more specifically, of

anglicisms is a lexical resource that provides them with more expressive power, Finnish may be used quantitatively

less in certain contexts and thus become underdeveloped.

(12)

[8]

La especificidad de estudios como el nuestro nos plantea un problema con respecto a la comparabilidad de las actitudes hacia los anglicismos léxicos: Para evaluar la validez de nuestra suposición de encontrar un nivel de aceptabilidad más alto hacia los anglicismos en AMNY, la falta de estudios semejantes complica la situación. Nos parece apropiado utilizar los análisis de las actitudes en los EE.UU. hacia el cambio de código, que aunque generalmente ocurre a nivel sintáctico (véase 2.2), también encaja los anglicismos y por eso comparten muchas semejanzas con las actitudes hacia las transferencias estrictamente léxicas. En gran medida, según nuestras consultas, el cambio de código recibe una valoración negativa. De hecho, el autor John Bergen, citando a Jacobson (1982), subraya que “el cambio de código entre español e inglés se ve en una forma tan desfavorable que con frecuencia aquellos individuos que usan esta variante lo niegan o lo admiten con renuencia” (1990: 52). Erróneamente, el uso de cambio de código, en nuestro estudio muchas veces denominado Spanglish, o como dicen los puertorriqueños de Nueva York, hablar mata'o, es considerado una seña de ignorancia. "Se les acusa de no saber ni inglés ni español, o sea, de ser semilingües", destaca la profesora emérita Zelia Zentella en un artículo recién publicado (El Universal, 2019).

El famoso escritor mexicano Octavio Paz nos ofrece otro ejemplo del desprecio, considerando el Spanglish “ni bueno, ni malo, sino abominable” (citado en Stavans, 2003:4). Sin embargo, aunque es un campo más amplio, no puramente léxico pero también gramatical y tampoco el foco de nuestro estudio, hay que reconocer que, como sugiere Silva- Corvalán, (2017: 342), citando a Otheguy (2003:15), que el uso de Spanglish (y lógicamente el anglicismo, como parte estrictamente léxica del Spanglish) puede servir de seña de identidad para los neoyorquinos.

3. Métodología

En este capítulo explicamos la metodología utilizada para llevar a cabo el estudio así como nuestra elección de ítems e informantes.

3.1 Datos generales y los cuestionarios

(13)

[9]

Nuestra encuesta consta de tres partes. La primera recoge los datos generales así como preguntas sobre el uso de español y el dominio del inglés: edad, sexo, país de nacimiento, tiempo de estancia en AMNY, si el/la informante utiliza el español tanto en el ámbito familiar como fuera del ámbito familiar y si el/la informante se considera bastante fluido en inglés.

Para el tema investigado en las partes siguientes hemos empleado un método directo, es decir, en el campo de sociolingüística, como sugiere Silva-Corvalán, a través de preguntas directas, para obtener de los encuestados sus opiniones, evaluaciones, preferencias, y juicios de aceptabilidad sobre el lenguaje de los encuestados (2017: 85). Esta técnica directa, según Andersson, ha sido utilizada anteriormente para medir actitudes en contextos bilingües (2011: 43) y por tanto, nos parece apropiada para este trabajo.

En la segunda parte hemos creado un cuestionario cerrado que consiste en doce ítems (preguntas) sobre la aceptabilidad del uso de doce anglicismos individuales, ofreciendo cinco respuestas fijas, para medir las actitudes hacia estas palabras. También añadimos los equivalentes de los doce anglicismos en español para posiblemente detectar preferencias. Es decir, no solo evaluamos la aceptabilidad de los doce anglicismos pero también comparamos los niveles de aprobación con los de las palabras equivalentes en español. Seis de los anglicismos son de tipo necesario y seis son de tipo superfluo (véase 2.2.1), aunque no mencionamos esta clasificación a los informantes. Para medir el nivel de aceptabilidad, y para luego poder tabular los resultados, utilizamos una escala de tipo Likert, es decir, asignamos a cada palabra un número según su nivel de aprobación: +2 por Definitivamente Sí, +1 por Probablemente Sí, -1 por Probablemente No, -2 por Definitivamente No y 0 (cero) por Indeciso.

Las primeras dos partes son basadas en un estudio piloto completado por el autor en 2019 que no incluían los equivalentes en español, ni la tercera parte que mencionamos a continuación.

La tercera parte de la encuesta consta de doce ítems (afirmaciones) , otra vez utilizando una escala de Likert con la misma asignación de puntos pero las alternativas formuladas de manera distinta. Las alternativas fijas son:

Totalmente de acuerdo (+2), De acuerdo (+1), En desacuerdo (-1), Totalmente en desacuerdo (-

2) e Indeciso (0).

(14)

[10]

El enfoque de los ítems en la tercera parte no es la aceptabilidad de palabras individuales sino las actitudes hacia el uso en general y las opiniones sobre los usuarios de los anglicismos. Los primeros seis ítems se relacionan con las actitudes hacia los usuarios individuales de anglicismos, tres de las cuales son afirmaciones positivas, y tres son negativas. Los últimos seis ítems se refieren a la vertiente más social y pedimos a los informantes clarificar sus opiniones con respecto al uso de los anglicismos: si se utilizan más en cierta clase social (baja/media/alta), si el uso es más apropiado en la generación joven, si enriquecen la lengua española, y si el uso es lamentable.

Los resultados de las actitudes se presentarán como promedios. Cuanto más encima de cero, más positivas son las actitudes y cuanto más por debajo de cero, más negativas son las actitudes de los encuestados. Un puntaje de cero indica neutralidad. De acuerdo con la sugerencia de Andersson (2011: 55-56), hemos decidido colocar la alternativa “indeciso” al final de la escala, en vez de en la mitad, para reducir el riesgo de que los informantes opten por la neutralidad, problema que puede surgir.

Para que no sea demasiado obvio que estamos investigando las actitudes hacia anglicismos, incluimos también seis palabras de ayuda en la segunda parte, las cuales no van a ser tabuladas en los resultados.

Por medio del cuestionario presentado abajo hemos pedido a los informantes sus opiniones respecto a la aceptabilidad de los anglicismos utilizados en la investigación. El cuestionario completo y los datos generales se encuentran en el anexo

En la conversación diaria en español, ¿es aceptable el uso de estas palabras?

Display

Definitivamente Sí Probablemente Sí Probablemente No Definitivamente No Indeciso

(15)

[11]

X

3.1.1 Las palabras utilizadas

A los informantes les hemos presentado treinta palabras divididas en cinco grupos de seis palabras en cada grupo, clasificadas en la siguiente manera: seis son de tipo anglicismo necesario y seis son los equivalentes en español. Seis son de tipo anglicismo superfluo y seis son los equivalentes en español. Las últimas seis palabras son palabras de ayuda que no son de interés para esta investigación y no van a ser tabuladas en los resultados. Las palabras de ayuda han sido añadidas para ampliar la selección de palabras, para que no sea demasiado obvio que solo nos interesan los anglicismos y sus equivalentes en español. Es importante señalar que hemos tratado de excluir palabras popularizadas por la generación joven, muy notables en los campos de tecnología y moda, como por ejemplo selfie (autofoto) y top model (supermodelo), pero incluimos palabras como e-mail (correo electrónico), que, aunque siendo un término tecnológico, posiblemente goza de una alta comprensión intergeneracional. Hemos optado, por la mayor parte, mantener la grafía de las palabras inglesas, aunque existan anglicismos adaptados a la pronunciación española. En unos casos utilizamos tales adaptaciones, como por ejemplo bisi y gárbich, para facilitar la comprensión.

A causa de la arbitrariedad de la clasificación anglicismo necesario/superfluo, es crucial volver a

repetir que somos conscientes de la posibilidad de que los lectores no estén de acuerdo con

nuestra interpretación. Dicho de otra forma, mientras es fácil argumentar que un anglicismo

como cookie tiene un equivalente en español, “galleta”, con plena vitalidad, y por lo tanto,

clasificar a cookie superfluo, resulta más problemático opinar que un anglicismo como wifi no

tenga un término equivalente. Mientras ciertos pueden insistir que conexión inalámbrica es una

alternativa viable, otros van a adoptar la opinión opuesta. Abajo presentamos las palabras:

(16)

[12]

Anglicismo necesario

Equivalente en español

Anglicismo superfluo

Equivalente en español

Palabra de ayuda

email correo electrónico bisi ocupado/a guagua

cheesecake pastel de queso cookie galleta kindergarten

playoff ronda eliminatoria cash dinero en efectivo baguette

outlet tienda de oferta gárbich basura boricua

wifi conexión

inalámbrica

sale oferta chucho

show espectáculo Crismas Navidad huésped

3.1.2 Los ítems

Esta parte del cuestionario consta de dos secciones: En la primera hemos les hemos pedido a los

informantes indicar cómo consideran a una persona que utiliza anglicismos en conversaciones

con otro/s hispanohablante/s. Los primeros tres ítems utilizados son de carácter positivo: si tiene

un nivel de escolaridad más alto, si es más inteligente y si es una señal de sofisticación. Los

últimos tres utilizados son de carácter negativo: si es menos culto, si muestra esnobismo y si

utiliza anglicismos a causa de deficiencia en la lengua española.

(17)

[13]

En la segunda sección les hemos preguntado a los informantes su opinión respecto al uso de anglicismos en nivel social. Son seis afirmaciones en total y las tres primeras intentan averiguar

la clase social donde más se utiliza: baja, media o alta. Después pedimos sus opiniones respecto a si el uso de anglicismos innecesarios es más apropiado entre la generación joven y si los anglicismos enriquecen la lengua española y finalmente si es lamentable el uso de anglicismos que tienen equivalentes en la lengua española bien arraigados.

3.2 Los informantes

Debido al tamaño del estudio y los objetivos, hemos optado por utilizar un método de selección intencionada (Silva-Corvalán, 2017: 51). Es decir, de antemano hemos decidido el número total de informantes y hemos buscado ciertas características de los encuestados (véase los siguientes dos apartados) para poder evaluar nuestras hipótesis mencionadas en 1.1. Entendemos que en un estudio como este, con una selección pequeña y subjetiva, siempre hay un riesgo de que las opiniones de los informantes no sean extrapolables a la población bilingüe del área metropolitana de Nueva York.

Nuestros doce informantes son bilingües español-inglés y el español es su lengua materna y utilizada tanto en el ámbito familiar como con otros hispanohablantes. Diez nacieron en un país donde el español es la lengua oficial y dos nacieron en EE.UU. Todos viven en el área metropolitana de Nueva York y nadie lleva menos de cinco años en EE.UU y la mayoría lleva más de diez años. En cuanto a las dos variables examinadas, edad y género, entre los seis hombres y las seis mujeres, tenemos tres grupos etarios, o sea, generaciones: 20-35, 40-55 y 60- 75.

La división binaria como hombre/mujer o clase social alta/baja, por ejemplo, es frecuentemente el primer paso en un estudio cuantitativo (Trudgill, 2004: 7). En un estudio más extenso y complejo, es recomendable utilizar variables múltiples para minimizar el riesgo de que una diferencia observada sea debido a otra variable, como nivel educativo por ejemplo (2004: 7).

Otra agrupación muchas veces utilizada en estudios sobre el bilingüismo, según Silva-Corvalán,

es por la generación de inmigrantes a la cual pertenecen. Nosotros optamos, en la medida de lo

posible, por utilizar informantes de la primera generación, caracterizados de esta manera por la

autora: los inmigrantes nacidos en el extranjero y que llegan a los EE.UU. después de los 8 años

(18)

[14]

de edad, cuando ya han alcanzado un cierto nivel de alfabetización en español en su país de origen (2017: 338). Dos informantes son de la segunda generación. El motivo es que intentamos formar un grupo cuyo uso del español sea bastante arraigado y de esta manera evitar lo que Silva-Corvalán explica es la tendencia general de cambio generacional hacia el inglés (2017:

339). Este fenómeno es ilustrado por la autora como “la intensificación gradual del uso del inglés con familiares y amigos a través de las tres generaciones”, es decir, mientras el bilingüismo sigue siendo habitual entre los descendientes inmediatos de personas de la primera generación, los nietos de las mismas tienden a ser monolingües en inglés (2017: 339).

4. Presentación y análisis de los datos

En este apartado vamos a presentar los resultados obtenidos en el cuestionario, diferenciados según las variables utilizadas (género y edad). El enfoque del subcapítulo 4.1 es el nivel de aceptabilidad del uso de nuestros doce anglicismos necesarios/superfluos y sus equivalentes en español

1

en las conversaciones diarias en la lengua española. Más específicamente, en 4.1.1 y 4.1.2 presentamos los puntajes de aceptabilidad de los anglicismos necesarios (AN) y anglicismos superfluos (AS) entre los géneros y entre los grupos etarios, respectivamente, sin incluir sus equivalentes en español. En 4.1.3 y 4.1.4 presentamos los puntajes de aceptabilidad de los AN y sus equivalentes en español y los AS y sus equivalentes a través las variables género y edad. El motivo de la exclusión de los equivalentes en 4.1.1 y 4.1.2 es que hemos querido presentar por separado el contraste entre los anglicismos necesarios/superfluos a través las variables para seguir en 4.1.3 y 4.1.4 con el contraste entre los anglicismos necesarios/equivalentes y anglicismos superfluos/equivalentes a través nuestras variables. En 4.2 exponemos las actitudes hacia los usuarios, de las cuales tres ítems son de carácter positivo y tres de carácter negativo así como las actitudes de los informantes hacia seis ítems que describen el uso social de anglicismos.

1 Los anglicismos necesarios y sus equivalentes en español, respectivamente, son: email/correo electrónico, cheesecake/pastel de queso, playoff/ronda eliminatoria, outlet/tienda de oferta, wifi/conexión alámbrica, show/espectáculo.

Los anglicismos superfluos y sus equivalentes en español, respectivamente, son: bisi/ocupado, cookie/galleta, cash/dinero en efectivo, gárbich/basura, sale/oferta, Crismas/Navidad

(19)

[15]

Los resultados numéricos son ilustrados ante todo de manera gráfica. Cuanto más encima de cero, más positivas son las actitudes / más de acuerdo con la afirmación y cuanto más por debajo de cero, más negativas / más en desacuerdo.

En lo que sigue presentamos ocho tabulaciones de los promedios de los resultados. Las tabulaciones detalladas se encuentran en el anexo.

4.1 La aceptabilidad de los anglicismos

Por limitaciones del tamaño del trabajo, los comentarios se van a centrar en las categorías de anglicismos en vez de los 12 anglicismos individuales.

4.1.1 Los puntajes de aceptabilidad de los AN

2

y AS entre hombres y mujeres.

En el gráfico 1 que sigue presentamos el nivel de aceptabilidad de los AN y AS por “género”.

Gráfico 1. Los puntajes de aceptabilidad de los AN y AS entre hombres y mujeres.

AS individuales: bisi, cookie, cash, gárbich, sale, Crismas AN individuales: email, cheesecake, playoff, outlet, wifi, show

2

En adelante, utilizamos las abreviaciones AN y AS por anglicismos necesarios y superfluos en los títulos de capítulo y en los gráficos.

-0.4 -0.2 0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6

Mujeres Hombres

Puntaje promedio

n e ro

Mujeres Hombres

Superfluos -0.28 0.5

Necesarios 1 1.47

Superfluos

Necesarios

(20)

[16]

Los resultados muestran una favorabilidad generalizada por los anglicismos necesarios entre ambos géneros: las mujeres con un promedio de 1 y los hombres con un promedio de 1.47. Las actitudes hacia los anglicismos superfluos, por su lado, salen diferente, mostrando que los hombres tienen actitudes moderadamente positivos (promedio 0.5) y las mujeres marginalmente negativas (promedio -0.28). En adelante vamos a utilizar la abreviación pm. por promedio.

4.1.2 Los puntajes de aceptabilidad hacia los AN y AS entre los tres grupos etarios En el gráfico 2 que sigue presentamos el nivel de aceptabilidad de los AN y AS por “edad”.

Gráfico 2. Los puntajes de aceptabilidad hacia los AN y AS entre los 3 grupos etarios

En cuanto a la variable edad, los tres grupos etarios muestran actitudes bastante favorables hacia los anglicismos necesarios, manteniendo un intervalo estrecho; con puntajes casi idénticos por los grupos 40-55 (pm. de 1.17) y 60-75 (pm. de 1.13). Encontramos una actitud aún más favorable entre el grupo más joven con un puntaje pm. de 1.42. En contraste, el grupo 60-75 se difiere bastante en sus actitudes hacia los anglicismos superfluos, mostrando una inclinación negativa (pm. de -0.67) mientras los grupos 20-35 y 40-55 tienen una postura ligeramente positiva (pms. de 0.63 y 0.38 respectivamente).

4.1.3 Los puntajes de aceptabilidad de los AN y sus equivalentes

-1 -0.5 0 0.5 1 1.5 2

20-35 40-55 60-75

Puntaje promedio

Gr u p o s e tar io s

20-35 40-55 60-75

Superfluos 0.63 0.38 -0.67

Necesarios 1.42 1.17 1.13

Superfluos

Necesarios

(21)

[17]

En el gráfico 3 que sigue presentamos el nivel de aceptabilidad de los AN y sus equivalentes según nuestras 2 variables, “género” y “edad”.

Gráfico 3. Los puntajes de aceptabilidad de los AN y sus equivalentes.

AN individuales: email, cheesecake, playoff, outlet, wifi, show

Equivalentes individuales: correo electrónico, pastel de queso, ronda eliminatoria, tienda de oferta, conexión inalámbrica, espectáculo

Como podemos ver, y de acuerdo con nuestra hipótesis, es destacable que los anglicismos necesarios sean tan arraigados que reciben una favorabilidad más alta a través las variables examinadas (género y edad) que sus equivalentes en español, con puntajes promedios que se extienden de 1.0 a 1.47, contrastando con los puntajes más neutros de los equivalentes, que oscilan entre un pm. de -0.36 (hombres) y un pm. de 0.42 (mujeres). Sospechamos que la razón de estas actitudes positivas hacia los anglicismos necesarios, es que ciertos términos, y abundan los ejemplos en el sector tecnológico, ámbito con el que las generaciones más jóvenes tradicionalmente se identifican, se introducen globalmente en la lengua inglesa y solo después se inventa una palabra equivalente en español. Sería, por lo tanto, lógico presumir que tales términos se impongan antes de que los hispanohablantes se hayan acostumbrado a la palabra equivalente en español. Como sugiere Gómez Capuz: “la lengua española asiste a un proceso de adquisición masiva de anglicismos […]” y afirma que entre las vías de entradas fundamentales son: “las lenguas especiales técnicas y científicas, los medios de comunicación de masas y el doblaje de películas” (1995: 507-511). En cuanto a la multitud de anglicismos necesarios en el sector tecnológico, que acabamos de mencionar arriba, el Licenciado en Filología Hispánica e Inglesa, Javier Barbero Andrés, afirma que los avances en este ámbito “demanda de la sociedad

Mujeres Hombres 20-35 40-55 60-75

Necesarios 1 1.47 1.42 1.17 1.13

Equivalentes 0.42 -0.36 0 0.13 -0.04

-0.5 0 0.5 1 1.5 2

Pu n taje p ro m e d io

Variables

(22)

[18]

española una actualización científica suficiente y una actualización lingüística más que notable, procedente, en su totalidad, del idioma inglés” (2012: 20). Barbero Andrés nos ofrece unos anglicismos en varios sectores que fueron introducidos por primera vez en 1984 en la DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) y que sirven de ejemplos de cuán arraigados han llegado a ser en la lengua española hoy en día, décadas después de su introducción en la consciencia de los hispanohablantes: módem, software, bulldozer, laser, tráiler, rock, manager (2012: 19-20). Esto apoya nuestra suposición arriba de que los anglicismos necesarios se imponen antes de que los hispanohablantes se hayan acostumbrado a la palabra equivalente en español y sirven de ejemplo del fenómeno mencionado en 2.2 , alternancia terapéutica/práctica, es decir, el uso de los anglicismos se explican por desconocer la palabra en español o recordar más facilmente la palabra en inglés (Silva-Corvalán, 2017:350).

4.1.4 Los puntajes de aceptabilidad de los AS y sus equivalentes

En el gráfico 4 que sigue presentamos el nivel de aceptabilidad de los AS y sus equivalentes según nuestras 2 variables, “género” y “edad”.

Gráfico 4. Los puntajes de aceptabilidad de los AS y sus equivalentes.

AS individuales: bisi, cookie, cash, gárbich, sale, Crismas

Equivalentes individuales: ocupado/a, galleta, dinero en efectivo, basura, oferta, Navidad

Con respecto a la aceptabilidad de los anglicismos superfluos y sus equivalentes en español, ilustrados arriba en gráfico 4, los resultados revelan que los equivalentes alcanzan un grado de aceptabilidad muy alto a través nustras varaibles, género y edad, (con pms. oscilando de 1.5 a 1.88), mientras las actitudes hacia los superfluos entre hombres y en los grupos etarios 20-35 y

Mujeres Hombres 20-35 40-55 60-75

Superfluos -0.28 0.5 0.63 0.38 -0.67

Equivalentes 1.78 1.61 1.71 1.5 1.88

-1 -0.5 0.5 1.5 2.5 0 1 2

Pu n taje p ro m e d io

Variables

(23)

[19]

40-55 son ligeramente positivos, con puntajes pms. en un rango de 0.38 a 0.63. Mientras tanto, los resultados por las mujeres (pm. de -0.28) y los informantes mayores de 60 años (pm. de - 0.67) difieren, con opiniones modestamente desfavorables hacia los anglicismos superfluos. En relación con la diferencia entre los géneros, proponemos que se motiva por lo que Silva- Corvalán describe es “la presion social de identificación con un grupo”, algo que se nota más entre los hombres y que “favorece el mantenimiento de variantes no estándares que simbolizan tal identidad […], conducta que responde a un fenómeno que se ha denominado de prestigio encubierto” (2017: 122). Coincide con lo que explicamos en 2.3.1, que el uso de anglicismos puede servir de seña de identidad para los neoyorquinos. Según nuestro pequeño estudio (ilustrado en gráficos 1-4 y Tabla1), tal propuesta podría ayudar a explicar las actitudes positivas hacia los anglicismos a través las variables investigadas, si excluimos la inclinación ligera de rechazar los anglicismos superfluos que encontramos entre las mujeres y entre la generación de mayor edad.

Al iniciar nuestro trabajo, suponíamos notar justamente las actitudes favorables y bastante

generalizadas para los anglicismos necesarios, que los resultados principalmente indican. Sin

embargo, los aspectos que más nos intrigaban y de los que estabamos más inseguros eran los

niveles de aceptabilidad de los anglicismos superfluos entre las variables escogidas. Por

consiguiente, no es tan sorprendente declarar que los datos, ilustrados en gráficos 1 y 2, difieren

moderatamente de nuestra hipótesis, especificamente entre los grupos mujeres y informantes

mayores de 60 años, que muestran una inclinación ligeramente negativa (pms. de -0.28 y -0.67

respectivamente) hacia los anglicismos superfluos. Los hombres y los grupos 20-35 y 40-55, por

su lado, no los rechazan, con puntajes pms. de 0.5, 0.63 y 0.38 respectivamente. Además, aunque

los resultados de las mujeres (pm. de 1.0) concuerdan con nuestra hipótesis en cuanto a la

aceptabildad generalizada de los anglicismos necesarios, no alcanzan los niveles de los hombres

(pm. de 1.47). Esta actititud menos aceptadora que exponen las mujeres coincide con estudios

previos que han mostrado que “el habla femenina es más conservadora que la masculina” (Silva-

Corvalán, 2017: 115), que mencionamos en 1.1. El famoso lingüista William Labov concuerda

en principio con eso pero con una advertencia sobre el uso de mujeres, según su teoría gender

(24)

[20]

paradox in sociolinguistics

3

, observando que “women usually confirm more closely to linguistic norms, but they can be initiators of linguistic change” (2001: 293). Lo que nos parece más destacable de esta parte de los resultados es la uniformidad casi completa en las actitudes favorables hacia los anglicismos superfluos entre los hombres jóvenes, indicados abajo oscurecidos en Tabla 1, especialmente dado el hecho de que los equivalentes en español de nuestros anglicismos superfluos reciben puntajes de favorabilidad todavía más altos.

bisi cookie cash gárbich sale Crismas ocupado/a galleta dinero en efectivo basura en oferta Navidad

Muj. -0.83 -0.33 0.33 -0.83 0.67 -0.67 2 2 0.83 2 1.83 2

Hom. 0.33 0.67 1 -0.33 1 0.33 1.33 2 0.5 2 1.83 2

20-35 0.25 1.5 0.5 0 0.5 1 1.75 2 0.75 2 1.75 2

40-55 0.5 -0.25 1.25 -0.25 1.25 -0.25 1.25 2 0 2 1.75 2

60-75 -1.5 -0.75 0.25 -1.5 0.75 -1.25 2 2 1.25 2 2 2

Tabla 1. Puntajes promedios de aceptabilidad por los anglicismos superfluos y sus equivalentes en español. Las primeras 6 palabras, en cursiva, son los anglicismos superfluos, las demás palabras son las equivalentes en español.

Son los mismos resultados que en Figura 4.1.4 pero las palabras son presentadas individualmente y no como promedios según su clasificación (AS y sus equivalentes). Nótese bien que los 3 grupos etarios no solo muestran los resultados de los hombres pero también las mujeres.

La excepción es la palabra “dinero en efectivo”, cuya aprobación promedia a través las variables no supera la del anglicismo cash. Notamos también que solo es la palabra gárbich entre los los anglicismos superfluos que es considerada con desaprobación a través las variables investigadas.

Nos parece probable que el motivo de la aprobación fuerte entre los hombres de 20 a 35 años (y hasta cierto punto el grupo etario 40-55 también, aunque no tan pronunciado como entre el grupo más jóven) se deba al factor de prestigio. Silva-Corvalán explica que “no es la consecuencia del factor edad mismo sino de factores relacionados; entre ellos, el más importante parece ser la percepción que el hablante tiene de las ventajas sociales que puede obtener mediante el uso de rasgos lingüísticos considerados de prestigio en la comunidad. Silva-Corvalán también destaca que es entre los grupos de edades intermedias (25 a 50 años), “inmersos en el mundo de la

3The gender paradox is a sociolinguistic phenomenon first observed by William Labov (2001: 293), in which "Women conform more closely than men to sociolinguistic norms that are overtly prescribed, but conform less than men when they are not." Specifically, the "paradox" arises from sociolinguistic data showing that women are more likely to use prestige forms and avoid stigmatized variants than men for a majority of linguistic variables, but that they are also more likely to lead language change by using innovative forms of variables.

(25)

[21]

competencia profesional, económica y de ascenso en la escala social” donde este fenómeno se encuentra más frecuentemente (2017: 124), algo que puede explicar las actitudes más negativas por los anglicismos que encontramos en la generación de mayor edad.

También nos parece lógico asumir que el nivel de aprobación de los neoyorquinos por los anglicismos, expuestos en los gráficos arriba, en comparación con el rechazo generalizado en EE.UU., en gran medida se deba a su exposición constante de conceptos léxicos nuevos, modernismos que se introducen primero en inglés, en una metrópolis como Nueva York, donde el inglés es el único denominador común, la lingua franca, para todos los grupos inmigrantes. Es decir, se han acostumbrado a usar anglicismos por recordarlos más facilmente o por desconocer las palabras correspondientes en español, fenómeno denominado por Silva-Corvalán alternancia terapéutica/práctica (2017:350). Es un ejemplo de un proceso de aculturación, un esfuerzo adaptivo normal en una situación de lenguas en contacto, explicado anteriormente en 2.2.

4.2 Las actitudes hacia los usuarios y el uso social

Al igual que los doce anglicismos individuales, el tamaño limitado del trabajo nos prohíbe entrar en mucho detalle en cuanto a los doce ítems que hemos utilizado para medir las actitudes hacia los usuarios y hacia el uso social.

En los tres gráficos que siguen (5-7) presentamos las actitudes hacia, primero, ítems positivos y después tres ítems negativos sobre los usuarios de anglicismos, por último las actitudes hacia seis ítems sobre el uso social.

4.2.1 Los puntajes de conformidad con los ítems positivos.

En el siguiente gráfico (6) presentamos los resultados de las tres afirmaciones (ítems) positivas:

¿Cómo consideras a una persona que utiliza anglicismos en conversaciones con otro/s

hispanohablante/s?

(26)

[22]

Gráfico 5. Los puntajes de conformidad con los ítems positivos.

Los ítems son: 1. Es más inteligente 2. Es una señal de sofisticación.

3. Tiene un nivel de escolaridad más alto.

Los datos arriba en Gráfico 5 revelan un desacuerdo casi unánime relativo a los tres ítems positivos con ningún puntaje promedio superando a cero, el nivel neutro. En otras palabras, los informantes generalmente no confieren estereotipos positivos a los usuarios de anglicismos, algo que, en conjunto con la relativa falta de estereotipos negativos

4

que presentamos en 4.2.2, apunta a opiniones de un uso bastante difundido y normalizado, conforme con nuestra hipótesis de niveles elevados de aceptabilidad en AMNY. La única desviación pequeña de la uniformidad es la del grupo 20-35 que revela actitudes desde neutra (pm. de 0) a pm. de -0.25 pero que nos demuestra el problema obvio que presenta la baja cantidad de informantes. Mientras el ítem más inteligente recibe un puntaje pm. de 0 por el grupo etario 20-35, las respuestas individuales entre los 4 informantes expone una variabilidad alta (véase la tabulación de respuestas en 7.2): primera mujer En Desacuerdo, segunda mujer De acuerdo, primer hombre Totalmente de Acuerdo, segundo hombre Totalmente en Desacuerdo. Es decir, el resultado promedio implica neutralidad, mientras una presentación de la desviación estándar en este caso ilustraría de manera mejor el rango y la estabilidad de las actitudes, y consecuentemente, sería recomendable para futuros estudios.

4.2.2 Los puntajes de conformidad con los ítems negativos.

4La autora Valérie Saugera sugiere que los anglicismos tienden a provocar una reacción, sea positiva o negativa, un juicio de valor: “ […] the sociolinguistics of Anglicisms, that is, the stereotypical ‘love or hate’ attached to them” (2017:52). Nos parece probable que la relativa falta de juicio de valor, o estereotipos en nuestro cuestionario, hacia los usuarios, sea una indicación de la aceptabilidad y normalización del uso de anglicismos en AMNY.

Mujeres Hombres 20-35 40-55 60-75

más inteligente -0.67 -0.83 0 -1 -1.25

sofisticación -0.5 -0.67 -0.25 -1 -0.5

escolaridad más alta -0.67 -0.5 -0.25 -1.25 -0.25

-1.4 -1.2 -1 -0.8 -0.6 -0.4 -0.2 0

Pu n taje p ro m e d io

Variables

(27)

[23]

En el siguiente gráfico (6) presentamos los resultados de las tres afirmaciones (ítems) negativas:

¿Cómo consideras a una persona que utiliza anglicismos en conversaciones con otro/s hispanohablante/s?

Gráfico 6. Los puntajes de conformidad con los ítems negativos.

Los ítems son:

1 Es menos culto.

2. Muestra esnobismo.

3. Utiliza anglicismos a causa de deficiencia en la lengua española.

Es de sumo interés notar que para dos de los tres ítems negativos presentados arriba en gráfico 6, esnobismo y menos culto, los informantes muestran un rechazo bastante uniforme, con puntajes pms. de -0.25 a -1.5. Esto significa que el único ítem con el que los informantes están de acuerdo es que el uso de anglicismos es motivado por deficiencia en la lengua española, actitud errónea y prejuicio frecuentemente observado en estudios semejantes (véase nuestro ejemplo de las actitudes hacia el uso de cambio de código en 2.3.1). La neoyorquina Zelia Zentella , experta en bilingüismo en New York, y autora del libro Growing up bilingual: Puerto Rican children in New York, citada por Silvia Betti (2009), pone de relieve que: “En contra de lo que muchos creen, el spanglish es un signo de destreza lingüística. […] El code switching lo utilizan no sólo los inmigrantes de clase baja de El Barrio, sino también sus hijos acomodados que trabajan en Wall Street” (2009: 111).

Estos comentarios de Zentella sobre el uso de spanglish en combinación con la falta generalizada de estereotipos positivos o negativos en nuestro estudio da pie a una discusión interesante acerca

Mujeres Hombres 20-35 40-55 60-75

menos culto -0.83 -1.17 -1.25 -0.25 -1.5

esnobismo -0.67 -0.67 -0.75 -0.75 -0.5

deficiencia 0.83 0.83 0.5 1 1

-2 -1.5 -1 -0.5 0 0.5 1 1.5

Pu n taje p ro m e d io

Variables

(28)

[24]

de si puede corroborarse nuestra hipótesis de que el uso normalizado entre los neoyorquinos haya creado una aceptabilidad mayor en AMNY hacia los anglicismos que en otras partes de EE.UU.

4.2.3 Los puntajes de conformidad con las afirmaciones sobre el uso social

En el siguiente gráfico (7) presentamos los resultados de las 6 afirmaciones (ítems) sobre el uso social de anglicismos:

¿Qué opinas del uso de anglicismos en nivel social?

Gráfico 7. Los puntajes de conformidad con las afirmaciones sobre el uso social Los ítems son:

1-3. Se utiliza más en la clase social baja / media / alta (estas son 3 afirmaciones separadas).

4. El uso de anglicismos innecesarios es más apropiado entre la generación joven.

5. Los anglicismos enriquecen la lengua española.

6. Es lamentable el uso de anglicismos que tienen equivalentes en la lengua española bien arraigados.

Los ítems de grado más alto de consenso son los que afirman que el uso se nota más frecuentemente en la clase media y entre los jóvenes, con rangos de pms. de 0.75 a 1 por “clase media” y de 1 a 2 por “cosa de jóvenes. Otro ítem donde encontramos homogeneidad y poca

Mujeres Hombres 20-35 40-55 60-75

clase baja 0.5 -0.33 0.5 0.25 -0.5

clase media 0.83 1 1 0.75 1

clase alta -1 -0.67 -1.25 -1 -0.25

cosa de jovenes 1.17 1.67 1.25 1 2

enriquecedor 0 -0.33 0.5 0.25 -1.25

lamentable 0.5 0.67 0.5 0.75 0.5

-1.5 -1 -0.5 0 0.5 1 1.5 2 2.5

Pu n taje p ro m e d io

(29)

[25]

variabilidad a través los géneros y grupos etarios es el que propone que es lamentable el uso en casos de tener equivalentes bien arraigados, con un rango de pms. de 0.5 a 0.75 en favor.

El ítem que muestra bastante variabilidad en cuanto a género es si se usan más los anglicismos en la clase social baja. Las mujeres tienen una inclinación hacia estar de acuerdo (pm. de 0.5) mientras los hombres exponen una tendencia modesta hacia el desacuerdo (pm. de -0.33). No podemos descartar la posibilidad de que la difusión del uso de anglicismos según clase social en nuestro estudio sirva de marcador sociolingüístico. Es decir, como enfatiza Silva-Corvalán: “el prestigio asignado a las clases sociales más altas […] se transfieren a sus usos lingüísticos”

(2017: 128-129), apuntando otra vez a la propensión más alta de las mujeres de hablar de manera más correcta, y en consecuencia, rehusar el uso despreciado de anglicismos, actitud ya explicada en 1.1. También es digna de mención la discrepancia en los grupos etarios en cuanto al ítem que declara que los anglicismos enriquecen la lengua española. Los dos grupos más jóvenes se inclinan al acuerdo, mostrando actitudes más afines, con un p m. promedio de 0.5 por el grupo etario 20-35 y 0.25 por el grupo etario 40-55. En cambio, con un puntaje pm. de -1.25, el grupo de mayor edad expone un desacuerdo bastante notable. Esta actitud más acogedora entre los grupos etarios 20-35 y 40-55 hacia la introducción de anglicismos, la asociamos otra vez con el papel más importante que juega el factor de prestigio en la comunidad y el deseo de ascender en la escala social, en las edades intermedias (20-50), fenómeno que explicamos anteriormente en 4.1. En cuanto a la desviación del grupo de mayor edad, que sugiere actitudes más negativas hacia la introducción de anglicismos, queremos hacer hincapié en la contradicción entre aquella actitud negativa y los resultados expuestos en gráfico 2 que demuestran su actitud positiva hacia nuestros anglicismos necesarios (puntaje pm. de 1.13). Esto nos parece ser un ejemplo de lo que mencionamos en 2.3.1. Es decir, se nota frecuentemente entre los bilingües español-inglés que son conscientes de, y demuestran actitudes negativas generalizadas hacia los anglicismos, pero todavía los usan.

En resumen, la totalidad de las respuestas sobre los ítems que tocan el tema del uso social, nos

indica que en general, el uso es más apropiado entre la generación joven, que se utiliza más en la

clase social media, el uso, en cierta medida es una seña de deficiencia en la lengua española y

que el uso de anglicismos superfluos es lamentable.

(30)

[26]

5. Conclusiones

En este estudio hemos investigado las actitudes hacia los anglicismos entre seis mujeres y seis hombres bilingües español-inglés en el área metropolitana de Nueva York (AMNY). Más específicamente, la investigación aquí realizada ha medido las actitudes hacia doce anglicismos

5

, seis de los cuales categorizados por nosotros necesarios

5

y seis de los cuales categorizados superfluos

6

través tres grupos etarios (de 20 a 35, de 40 a 55 y de 60 a 75) y a través los géneros.

Para concluir, relacionamos los resultados de nuestro estudio con la tres hipótesis inicialmente planteadas. En cuanto a las actitudes hacia los anglicismos necesarios y superfluos en bilingües español-inglés en AMNY, las hipótesis principales de este estudio eran triples: Encontrar actitudes de mayor aceptabilidad entre los neoyorquinos, diferenciándose de la población general, donde se han observado tendencias bastante negativas contra el cambio de código, la referencia que utilizamos. Asumimos no detectar desviaciones etarias notables y finalmente, que independientemente del nivel de favorabilidad o inaceptabilidad, encontrar actitudes menos tolerantes entre las mujeres que entre los hombres hacia los anglicismos superfluos.

De acuerdo con nuestra hipótesis, encontramos actitudes más positivas hacia los anglicismos necesarios que hacia los superfluos, bastante natural por la mayor dificultad -en el caso de los anglicismos necesarios - en encontrar un equivalente preciso en español y así, como afirma Silva-Corvalán (2017: 319), llenando un vacío léxico. Aunque los datos nos presentan una tendencia marginalmente negativa hacia los anglicismos superfluos, (aunque solo entre la generación mayor y las mujeres), no hay que perder de vista que los hispanohablantes de los EE.UU. en general tienden a rechazar fuertemente y consistentemente el cambio de código (véase 2.3.1). El conjunto de los resultados, indica una frecuencia más alta de aceptación que rechazo, lo cual apoya la hipótesis de actitudes menos desfavorables entre los neoyorquinos. Con todo, fue un resultado inesperado que solo dos personas se opusieran completamente a una palabra como “Crismas”, y tres personas a “bisi”, por ejemplo.

5Los doce anglicismos investigados son: email, cheesecake, playoff, outlet, wifi, show, bisi, cookie, cash, gárbich, sale y Crismas.

6La mayor diferencia entre este estudio y los muchos estudios efectuados sobre las actitudes hacia los anglicismos, es nuestro contexto bilingüe. También hemos utilizado una categorización binaria de los anglicismos según el diccionario de la Real Academia Española : necesarios: aquellos para los que no existen, o no es fácil encontrar, términos españoles equivalentes, o cuyo empleo está arraigado o muy extendido. Superfluos: aquellos para los que existen equivalentes españoles con plena vitalidad

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