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EL HEREJE , DE MIGUEL DELIBES ÉTICA, VALORES Y HUMANISMO CRISTIANO EN LA NOVELA Kandidat, litteraturvetenskaplig inriktning Examensarbete

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Examensarbete

Kandidat, litteraturvetenskaplig inriktning

ÉTICA, VALORES Y HUMANISMO CRISTIANO EN LA NOVELA EL HEREJE, DE MIGUEL DELIBES

El compromiso ético de Miguel Delibes y su último personaje: Cipriano Salcedo

Författare: Isabel Soria del Río

Handledare: Isabel Cuesta

Examinator: Carles Magrinyà Badiella Ämne/huvudområde: Spanska

Kurskod: SP2021 VT20 Poäng: 15 hp

Ventilerings-/examinationsdatum: 2020-06-08

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Resumen:

Esta tesina tiene como objetivo analizar la escala de valores subyacente al personaje de Cipriano Salcedo en la novela de Miguel Delibes El hereje.

Además de realizar este análisis, la tesina analiza la posible existencia de intencionalidad por parte de Delibes de transmitir algún tipo de mensaje ético a través del relato.

La metodología utilizada para alcanzar el objetivo es el método hermenéutico y las teorías sobre las que se asienta el análisis son el humanismo cristiano y las teorías axiológicas de los valores. La tesis realiza una identificación y clasificación de los valores que se muestra el personaje de Cipriano Salcedo y concluye demostrando la intención ética de Miguel Delibes al escribir esta novela.

Palabras clave: Miguel Delibes, El hereje, valores, intención ética, libertad de pensamiento, Teoría Axiomática de los valores, inquisición, auto de fe.

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Í NDICE

1. INTRODUCCIÓN ... 4

1.1. Resumen de la novela ... 4

1.2. Objetivo ... 6

1.3. Método y disposición ... 6

1.3.1. Método ... 6

1.3.2. Disposición ... 7

1.4. Estado de la cuestión ... 8

2. TEORÍA... 9

2.1. El humanismo ... 9

2.2. El humanismo cristiano... 12

2.3. Teorías axiológicas de los valores ... 13

2.3.1. Los valores desde las principales teorías axiológicas ... 14

2.3.2. Clasificación de los valores ... 15

3. ANÁLISIS ... 18

3.1. ¿Qué valores morales se ponen de manifiesto en El hereje a través del personaje de Cipriano Salcedo? ... 18

a) Cipriano niño y adolescente ... 18

b) Cipriano adulto ... 21

c) Cipriano “hereje” ... 24

3.2. ¿Existe intencionalidad ética por parte de Delibes en El hereje? . 27 4. CONCLUSIONES ... 30

5. BIBLIOGRAFÍA ... 34

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1. INTRODUCCIÓN

Miguel Delibes (1920-2010) fue un escritor, periodista y académico español.

Considerado uno de los principales referentes de la literatura en lengua española obtuvo a lo largo de su vida las mayores distinciones literarias: el Premio Nadal (1948), el Premio de la Crítica (1953), el Príncipe de Asturias (1982), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1991) y el Premio Miguel de Cervantes (1993), por mencionar algunos (Instituto Cervantes, 2020).

El hereje (1998) fue la última y más ambiciosa obra del autor (Fundación Miguel Delibes, 2019) y es en gran medida un compendio de toda su obra anterior, ya que, a través de su personaje principal Cipriano Salcedo, Delibes aborda temas que le han preocupado a lo largo de toda su producción literaria y periodística de los que podríamos destacar la coherencia personal, la libertad de pensamiento, la denuncia de las desigualdades sociales, la mirada hacia los más desfavorecidos en los campos de Castilla, entre otros muchos.

En esta obra, al igual que en el resto de sus novelas, es manifiesta la intención ética del autor y su compromiso moral con la sociedad, ya que tal y como manifestó personalmente en una entrevista realizada por la televisión española, el novelista estaba llamado a influir éticamente sobre su público y remover su conciencia (Canal UNED, 2000). Este activo compromiso ético está influenciado por su propio sistema de creencias y valores que se reflejan, a su vez, en su forma de ser, pensar y actuar. El mismo declaró con respecto a esto: “Yo traslado a mis personajes los problemas y las angustias que me atosigan, o los expongo por sus bocas. En definitiva, uno, si es sincero, se desdobla en ellos” (Alonso de los Ríos, 2010: posición 560).

Esta apuesta ética, su implícita transmisión de valores e impronta personal a través de su declarado humanismo cristiano, serán la materia y punto de partida de estudio del presente trabajo.

1.1. Resumen de la novela

El hereje cuenta la historia de Cipriano Salcedo, un vallisoletano nacido en 1517, el año y el día en el que Martín Lutero proclama sus tesis contra las indulgencias de la

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Iglesia, que será la génesis del cisma de la Iglesia Católica y el inicio del protestantismo, hecho histórico que marcará el destino de Cipriano.

Al nacer Cipriano muere su madre en el parto, lo que provoca el rechazo de por vida de su padre que lo considera un “pequeño parricida”. A falta de madre Cipriano es criado por su nodriza, Minervina, a la que considera como una madre ya que es la única persona que realmente le quiere y que muestra afecto por él. Con el paso de los años y tras muchas adversidades en la infancia y juventud como son el rechazo paterno, un matrimonio infeliz y una constante búsqueda personal para encontrar su lugar en el mundo, Cipriano hereda el negocio familiar y se convierte por méritos propios en un destacado comerciante. En uno de sus viajes de negocios conoce a un sacerdote que poco a poco va introduciéndole en el protestantismo y le presenta a miembros destacados de “la secta”. El luteranismo se cruza en su vida y la cambiará para siempre.

En esta nueva forma de entender el cristianismo Cipriano encuentra la paz espiritual, así como el sentimiento de hermandad y pertenencia que tanto anhela y que lleva buscando toda su vida.

Desgraciadamente, en este momento histórico, la Inquisición vigila y persigue cualquier movimiento herético en toda Europa y especialmente en España, así como a todos aquellos que de alguna manera se acercan a la herejía, por lo que Cipriano y el resto de los simpatizantes de la secta serán apresados, juzgados y condenados a morir en la hoguera en Valladolid en el gran Auto de Fe de 1559, hecho histórico real.

El hereje se compone de tres grandes libros (Libro I, Libro II y Libro III), a su vez divididos en capítulos. Comienza casi por el final de la historia, que da paso a una analepsia donde se narra la infancia y la juventud de Cipriano que van siguiendo una línea temporal en el desarrollo de los hechos, hasta llegar de nuevo a los hechos relatados en el preludio de la novela. A partir de este punto el relato avanzará hasta el espantoso desenlace de la tortura y muerte de Cipriano y sus compañeros de la secta en la hoguera.

La novela relata las vivencias de diferentes personajes, pero cabe destacar por su peso en el relato los tres principales: Cipriano, Minervina y Don Bernardo. Cipriano Salcedo es el protagonista, en cierto modo un antihéroe al que veremos crecer y evolucionar a lo largo de la novela: le conoceremos como un niño retraído, solitario y acomplejado que se convertirá en un importante e íntegro hombre de negocios que, a pesar de su

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éxito laboral, se siente vacío interiormente, no es feliz y trata durante toda su vida de encontrar el amor de familia que nunca tuvo y que nunca tendrá. En su búsqueda Cipriano finalmente encontrará consuelo y sentido en la religión y terminará convirtiéndose al protestantismo. Otro personaje importante es Minervina, la nodriza, amiga y amante de Cipriano, cuya figura será fundamental en su desarrollo ya que es quien forjará su personalidad y transmitirá todo el sistema de valores que Cipriano muestra y mantiene a largo de la historia. Por último, mencionar a un personaje fundamental y negativo en la vida de Cipriano: D. Bernardo Salcedo, su padre. Hombre caprichoso, vanidoso y complicado que encuentra placer personal haciendo infeliz a su hijo Cipriano.

1.2. Objetivo

El objetivo de esta tesina es identificar y analizar los valores morales y mensajes éticos1 que Miguel Delibes quiere trasladar al lector a lo largo de la lectura de El hereje, y a través de la figura del personaje Cipriano Salcedo en particular.

A este objetivo se llegará dando respuesta a las siguientes preguntas de investigación:

• ¿Qué valores morales se ponen de manifiesto en El hereje a través del personaje de Cipriano Salcedo?

• ¿Existe intencionalidad ética por parte de Delibes en El hereje?

1.3. Método y disposición 1.3.1. Método

La metodología utilizada para alcanzar el objetivo es el método hermenéutico, proceso que busca analizar e interpretar el texto literario por etapas y cuyo objetivo final es la total experiencia y comprensión del texto.

1 Según la RAE ‘ética’ es el

conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida y ético es la persona que estudia o enseña moral.

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Platas Tasende se refiere a la hermenéutica en su Diccionario de términos literarios como la ciencia de interpretación textual que trata de “desentrañar el verdadero sentido de las obras escritas” (Platas Tasende, 2011:316). La autora nos introduce también al concepto de “círculo hermenéutico”, que es la necesidad de comprensión de las partes de un texto para alcanzar una completa comprensión de la obra y viceversa (Platas Tasende, 2011:317).

Gadamer en su libro Verdad y método explica la hermenéutica como la ciencia de interpretación de textos concebida como un diálogo entre dos interlocutores: el texto y el lector. El texto escrito, con independencia de quién y bajo que circunstancias lo escribió, entra en conversación con el lector. El lector al entrar en contacto con el texto y con ayuda de su experiencia y pensamiento hace posible la comprensión de lo escrito (Galván Moreno, 2004). Por tanto y siguiendo el pensamiento de Gadamer, se deduce que la interpretación de cualquier obra recae en la persona que la lee y no en lo que pensó el autor cuando la escribió y cuál fue su intención.

Hoy en día, la corriente hermenéutica predominante es la que tiene como objeto de estudio el “sentido de la obra”, es decir, la intención que el autor tenía al escribir su obra y no la interpretación que le da el lector. Umberto Eco, defensor de esta corriente, en su libro Interpretación y sobreinterpretación (Platas Tasende, 2011: 317) lo define como la “intentio operis” o intención de la propia obra.

Desde esta posición “intentio operis” analizaremos y estudiaremos el texto El hereje, posición que nos llevará a trabajar con el objetivo de nuestro estudio, que no es otro que el desentrañar la intencionalidad ética de Delibes en este relato.

Además de este método, en nuestro análisis nos vamos a apoyar en las teorías humanistas cristianas y en teorías axiológicas de los valores, que tratamos más en detalle en el apartado de la teoría.

1.3.2. Disposición

Esta tesina se estructura en cuatro grandes bloques: introducción, teoría, análisis y conclusiones.

La introducción encuadra la obra, el autor, el objetivo de la investigación, así como el método y el estado de la cuestión. Una vez introducido el estudio explicamos las teorías

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sobre las que se asienta el análisis, que no son otras que las del humanismo cristiano y las teorías axiológicas de los valores. Tras esta explicación se pasa a la fase de análisis.

Por último, terminamos el trabajo de investigación con un apartado de conclusiones y sugerencias de posibles temas de investigación futuros no abordados y derivados de este trabajo de investigación.

1.4. Estado de la cuestión

Miguel Delibes es sin duda uno de los grandes referentes de la literatura contemporánea española y existe cantidad de crítica literaria escrita alrededor de su obra. Sin embargo, tras buscar literatura en relación con el tema que nos ocupa, hemos de decir que no hemos encontrado ningún estudio que haga referencia de forma concreta y exclusiva a la intención ética de Delibes y al estudio de los valores morales manifiestos en el personaje de Cipriano Salcedo.

En la revisión de la bibliografía hemos encontrado textos muy interesantes como el de Medina-Bocos (2005) “Claves para leer a Delibes”, donde entre otros temas abordados encontramos un apartado muy interesante dedicado a la actitud ética de Delibes donde se trata del carácter ético del autor en todas sus obras. Sin embargo, este estudio fue escrito años antes de la publicación de El hereje y por tanto esta obra no es tratada.

Otro texto interesante y relacionado con El hereje es el estudio realizado por Ortega- Sierra (2013) “Ojos y oídos en El hereje: Símbolos narrativos y espejos de la escritura de Delibes”, pero este texto está enfocado al análisis de los símbolos narrativos de la obra y no en el estudio de valores e intencionalidad ética, aunque si es cierto que, en algunos párrafos se menciona la intención moralizadora del hereje, pero pasa de largo por esta mención y no se detiene a analizar esta cuestión en profundidad.

Por su parte y en fechas recientes García Domínguez (2018) escribió el artículo

“Minervina Capa y los personajes femeninos de Delibes: Vigésimo aniversario de la novela "El hereje"”, donde se realiza una revisión muy interesante al papel de Minervina y su relación con Cipriano, pero en este artículo tampoco se aborda el tema que nos ocupa.

Ferrari Nieto (2015) en “La narrativa de Delibes como exploración de un tipo ético inviable” analiza entre otros muchos personajes de Delibes la figura de Cipriano

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Salcedo, pero su estudio está más encaminado al análisis de la relación de los personajes de Delibes con su entorno hostil y cómo lo enfrentan, que en el estudio de valores e intención ética objeto de nuestra investigación.

Por último, reseñar el texto de López de Abiada (2004) “Pasado de un porvenir: para una caracterización de Cipriano Salcedo, protagonista de "El hereje", de Miguel Delibes”, que es el que quizás más se acerca al objeto de nuestro estudio, ya que en él se estudia la evolución del personaje de Cipriano Salcedo a lo largo de la novela. Sin embargo y aunque de forma transversal en algunos puntos en los dos estudios llega a mencionarse la perspectiva ética de Delibes, el objetivo de López de Abiada es estudiar el personaje de Cipriano desde una perspectiva de Memoria Histórica y por tanto no aborda la novela con las intenciones del análisis de valores e intención ética.

A la luz de los resultados encontrados en la revisión bibliografía, entendemos que el objeto de nuestro estudio es pertinente, ya que a día de hoy no ha sido abordado en profundidad por ningún estudio y su desarrollo contribuirá a un mejor conocimiento de la novela El hereje ya que aporta una perspectiva axiológica al estudio de esta obra.

2. TEORÍA

Como ya se mencionó anteriormente, este trabajo analizará valores e intención ética en la novela El hereje de Delibes a través del personaje de Cipriano Salcedo. El sentido ético y la transmisión de valores es un rasgo característico de este autor, a tal punto que la Fundación Delibes abre su web de presentación con estas palabras:

La Fundación toma el testigo del propio Miguel Delibes en el fomento de los valores que éste hizo suyos: libertad, justicia social, solidaridad, humanismo cristiano, periodismo responsable, conservación de la naturaleza, caza y pesca respetuosas con el medio ambiente y defensa del mundo rural, entre otros (Fundación Miguel Delibes, 2011)

Ya en esta definición del autor y fundación encontramos dos conceptos claves que van a ser objeto de nuestro anclaje teórico y que nos permitirán alcanzar el objetivo de investigación en el análisis: el humanismo cristiano y los valores.

2.1. El humanismo

El humanismo es un pensamiento con múltiples vertientes que apuesta por el valor y la integridad del ser humano y considera, como uno de sus principios básicos, que la

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persona es un ser inteligente que tiene los medios y la capacidad de discernimiento suficientes para hallar la verdad y hacer el bien (Núñez Rivero, 2013:669). De todas las vertientes del humanismo, nos centraremos en explicar en qué consiste el humanismo cristiano, pues es el enfoque que nos interesa en este estudio. De todos modos y antes de profundizar en este enfoque en concreto, vamos a realizar un pequeño resumen de qué es y cómo se ha construido el pensamiento humanista, ya que nos facilitará la comprensión de los postulados del humanismo cristiano.

Como pensamiento filosófico, el humanismo ha bebido de diversas fuentes y ha evolucionado a través de la historia, construyéndose en diferentes etapas entre las que están la clásica, la renacentista y la ilustrada, hasta llegar al humanismo contemporáneo de nuestros días.

En esta mirada histórica al pensamiento humanista, Núñez Ribero (2013: 667) destaca que el humanismo clásico, encabezado por Sócrates, tiene como punto de partida la creencia en la comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor, virtud y el conocimiento de uno mismo. En su explicación, Núñez Ribero (2013:667) cita a Alegre (2004) que dice que desde el punto de vista Socrático “todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona desea el mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien, actuarán de manera justa” (2004 citado por Núñez Ribero 2013: 669).

Más adelante y como parte de la evolución del pensamiento humanista, se abrirá paso el humanismo renacentista, que es consecuencia de la evolución social e ideológica de Europa, esencialmente al colisionar con los principios defendidos por las doctrina luteranas y calvinistas y la contrarreforma católica (Núñez Ribero, 2013: 669). El humanismo renacentista concibe al hombre como un ser “universal e individualista que se distingue por sus talentos y su vitalidad, así como por una gran curiosidad, que lo lleva no sólo en busca de nuevos continentes, sino también de la verdad científica”

(Chastel y Klein 2002, citados por Núñez Ribero, 2013: 669). Esta concepción antropocentrista (toda gira en torno al hombre) frente a la antigua concepción teocentrista medieval (toda gira entorno a Dios), es la gran apuesta del periodo del humanismo renacentista, su fe en la capacidad y cualidades del hombre.

Avanzando en el tiempo se abre paso el humanismo ilustrado, que es una evolución del humanismo renacentista que introduce como novedad la razón como componente

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fundamental, el “cogito ergo sum” cartesiano (Núñez Ribero, 2013: 671). La razón humana como eje central del conocimiento es la plataforma definitiva de la ética y por tanto soporte de ideas políticas que sustituyen las creencias dogmáticas de tiempos anteriores, “partiendo del ser humano como ente protagónico en los procesos dirigidos a la construcción de un orden social, justo, equilibrado y de bienestar en el propio contexto de la realidad terrenal” (Núñez Ribero, 2013: 672).

La herencia fundamental del siglo XIX fue la razón científica, junto con la idea del ser humano como protagonista de su existencia, pero los tristes sucesos que el ser humano ha protagonizado en el siglo XX (guerras mundiales, campos de concentración, bomba atómica) provocan que los pensadores se cuestionen seriamente la validez de este legado de la ciencia y de la razón, en parte porque muchos de estos tristes sucesos surgieron tras importantes desarrollos científicos (la bomba atómica, por ejemplo). Así pues, surge una fuerte corriente crítica hacia el humanismo, al culto a la razón y a la ciencia tal y como se conocía hasta el momento. Tras esta crisis se empiezan a buscar nuevas vías que avalen el desarrollo de las ideas humanistas, así como nuevos caminos que avalen el desarrollo de la humanidad y la evolución hacia una sociedad mejor (Núñez Ribero, 2013:673-74). A partir de aquí podemos decir que se avanza hacia un nuevo tipo de humanismo que es el que se conoce como humanismo contemporáneo.

De hecho y como bien indica Torralba Roselló (2013), la vulneración sistemática de los derechos humanos durante las guerras mundiales favoreció una reflexión filosófica sobre la dignidad de lo humano. En palabras de Torralba Rosselló, “La expresión más evidente de tal grito, ¡Nunca más!, fue la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, firmada en el Palais Chaillot de París el 10 de diciembre de 1948” (Torralba Roselló, 2013: 3).

El nuevo humanismo del S. XXI es un humanismo con un profundo sentido ético, no individualista y de construcción colectiva. Se trata de un humanismo pedagógico que se centra en la promoción de valores globales y en el respeto y la construcción de los derechos humanos. En este sentido es significativa la definición que hace la directora general de la UNESCO sobre lo que significa ser humanista en el S.XXI ya que resume muy bien lo que tratamos de transmitir en estas líneas.

Hoy en día, ser humanista significa tender puentes entre el Norte, el Sur, el Este y el Oeste y reforzar a la comunidad humana para afrontar conjuntamente nuestros problemas. Significa garantizar el acceso a una educación de calidad para todos, de

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manera que cada quien pueda intervenir en el diálogo universal. Significa fomentar las redes de cooperación científica, crear centros de investigación y difundir la tecnología de la información con miras a acelerar el intercambio de ideas. Significa utilizar la cultura, en toda su diversidad de expresiones, como una herramienta para el acercamiento y la forja de una visión compartida. (Bokova, I.G, 2010:4)

2.2. El humanismo cristiano

Una vez encuadrado el concepto de humanismo y pensamiento humanista, nos gustaría centrarnos en una corriente particular del humanismo: el humanismo cristiano. El humanismo cristiano es una vertiente filosófico-política que defiende la plena realización del hombre y de la humanidad dentro de un marco de principios cristianos.

Parte de criterios evangélicos y se basa en el interés por todo lo humano a partir de una concepción cristiana del hombre y la vida. Al igual que la corriente general, el humanismo cristiano ha evolucionado a lo largo de la historia tal y como veremos a continuación. El humanismo cristiano tiene raíces muy antiguas, de hecho, se puede considerar que comienza en tiempo de los apóstoles, pues los primeros cristianos ya defendían la igualdad, la dignidad y los derechos del ser humano, así como la capacidad del ser humano para construir una sociedad más justa e igualitaria (Forment Giralt, 2002: 150). Pero no es hasta después de la Primera Guerra Mundial, en el ambiente de decepción sobre las ideas de progreso sostenidas por el socialismo y el liberalismo, cuando desde un prisma cristiano, surge el denominado humanismo cristiano, cuyo máximo exponente será el filósofo francés Jacques Maritain (Torralba Roselló, 2013: 5). Aunque el cristianismo no es un tipo de humanismo, sí que emana de él una filosofía humanista que tiene como centro de pensamiento la defensa de los derechos del ser humano. En cuanto religión, el cristianismo tiene el potencial intelectual para generar formas de pensamiento como el humanismo y Jacques Maritain tuvo la habilidad de hallar los puntos de encuentro con otros pensadores no cristianos a la hora de delimitar los derechos inalienables de todo ser humano (Torralba Roselló, 2013: 6).

El humanismo cristiano se nutre del pensamiento filosófico cristiano, así como de la Doctrina Social de la Iglesia, iniciada a finales del S.XIX como reacción a las injusticias originadas por el capitalismo salvaje y el liberalismo. La Doctrina Social de la Iglesia, iniciada con la Encíclica del Papa León XIII, Rérum Novarum (1891), que denunció los excesos e injusticias del capitalismo y del liberalismo, propuso la

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“novedad” de plasmar las grandes líneas de la acción de los cristianos en la vida social y política, promoviendo su participación para realizar el bien común, la justicia social, la solidaridad y la ética (Serrano Perea, 2020).

Según Serrano Perea (2020) los principios clave para entender el humanismo cristiano son los siguientes:

- Concepción del ser humano como ser digno, libre, social y solidario que tiene destino e identidad individual, pero se desarrolla dentro de la sociedad.

- Concepción de la sociedad como el marco y espacio natural y necesario para el desarrollo de la persona.

- Concepción del estado, como una manifestación natural de la sociabilidad del ser humano, cuya finalidad es garantizar y promover el bien común en base al servicio de la dignidad, libertad e igualdad de las personas.

- Concepción de la democracia como forma de existencia del estado, cuyo fin es asegurar las reglas de juego para que se respete al ser humano como individuo, que promueva y garantice su libertad, así como el pluralismo ideológico, político y religioso.

- Concepción de la política como vocación de servicio al bien común e instrumento de materialización de todo lo anterior.

Para concluir diremos que el humanismo concentra sus esfuerzos en la defensa de la dignidad de la persona, anteponiendo esta dignidad, así como la defensa de los derechos humanos a cualquier otra cuestión. El humanismo cristiano entiende que cualquier política de estado tiene que estar orientada y dirigida a potenciar el bienestar de la persona, de su dignidad y derechos y que por tanto es el estado quien debe estar al servicio de las personas y no las personas al servicio del estado (Serrano Perea, 2020)

2.3. Teorías axiológicas de los valores

Los valores son principios, virtudes o cualidades que definen a una persona o una acción y que se suponen positivos o importantes para un grupo social.

Hablando de las personas diremos que los valores son aquellas características relevantes en cada persona que le inducen a actuar de forma determinada ya que estas

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características o cualidades son pieza inseparable de sus creencias, y por tanto guían su forma de conducirse en la vida.

Los valores pueden ser personales e individuales, pero existen también valores que son compartidos por la sociedad y determinados grupos sociales y que tienen como objetivo alcanzar el bienestar del grupo.

La Axiología, también conocida como Filosofía de los valores y Teoría de los valores, es la rama de la filosofía que se encarga del estudio de los valores y los juicios de valor.

Para explicar esta corriente filosófica nos vamos a valer del artículo de Seijo Suárez (2009) “Los valores desde las principales teorías axiológicas: Cualidades apriorísticas e independientes de las cosas y los actos humanos”, donde se explica claramente el sentido y significado de esta corriente filosófica.

2.3.1. Los valores desde las principales teorías axiológicas Según Seijo Suárez (2009) existen dos corrientes fundamentales que abordan los valores desde las teorías axiológicas:

El subjetivismo axiológico: corriente que parte de la idea de que es el individuo quien decide el valor de las cosas. Las cosas no son valiosas en sí mismas; es el ser humano quien les otorga valor y decide lo que valen (Seijo Suárez, 2009: 154).

El objetivismo axiológico: corriente que considera el valor separado de la experiencia particular. Para los objetivistas es el hombre quien descubre el valor de las cosas, no se lo otorga, al contrario de lo que postula el subjetivismo. (Seijo Suárez, 2009: 155).

Los defensores de esta corriente piensan que los valores son condiciones independientes de los objetos materiales y de las acciones de las personas. Por ejemplo

“el valor de la amistad no resulta afectado porque mi amigo demuestre falsía y me traicione” (Seijo Suárez, 2009: 155).

Seijo Suárez (2009: 156-157) indica que los rasgos principales que definen los valores son: polaridad (positivo-negativo), gradación (intensidad-fuerza), infinitud (definición ideal), categorización, jerarquía y dinamismo.

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2.3.2. Clasificación de los valores

Los valores pueden ser clasificados de muy diversos modos. Según Seijo Suárez, “La clasificación o categorización proporciona una panorámica de los valores y permite situar y comprender las conductas individuales y colectivas de un momento histórico concreto” (2009:157). La clasificación es necesaria para abordar su enseñanza y establecer objetivos y la clave está en seleccionar la que nos sirve para instrumentalizar esta labor. Seijo Suárez (2009: 161-163), en su estudio realiza un pormenorizado estudio de diversas clasificaciones de valores y antivalores como son las de Ortega (2001), Muñoz (1991) Méndez (2001) Martín (1993), Cortina (2000) y Gervilla (2003) y tras ese estudio concluye realizando su propia síntesis que categoriza los valores y los antivalores atendiendo a las diversas dimensiones del ser humano.

A continuación, se incluye un resumen de la clasificación de Seijo y una tabla ilustrativa de la misma (Seijo Suárez, 2009:161-164)

- Dimensión del ser humano que lo caracteriza como animal de inteligencia emocional:

a) Valores y antivalores corporales: Los valores corporales son el conjunto de cualidades deseadas y/o deseables relacionados con el cuerpo o materia viva de la persona: cuerpo, salud, descanso.

b) Valores y antivalores intelectuales: Valores relacionados con la naturaleza racional del ser humano. Conjunto de valores necesarios o imprescindibles para el desarrollo intelectual de las personas.

c) Valores y antivalores afectivos: deseables por influir en la afectividad de las acciones y relaciones entre las personas.

- Dimensión que lo hacen singular y libre en sus decisiones:

a) Valores y antivalores individuales/liberadores: Los valores individuales o liberadores son deseables o deseados por favorecer el aspecto singular, libre y autónomo de la persona, así como sus consecuencias.

b) Valores y antivalores morales: Los valores morales afectan la estimación ética de la persona en su contexto de actuación personal y social.

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c) Valores y antivalores estéticos: Los valores estéticos son todos aquellos que son deseados por su belleza, produciendo en el ser humano una gran satisfacción espiritual.

- Dimensión que recoge su naturaleza abierta o relacional:

a) Valores y antivalores sociales: Los valores sociales abarcan las relaciones de interacción del individuo en sociedad, afectando a las relaciones personales, institucionales, políticas

b) Valores y antivalores ecológicos: Los valores ecológicos hacen referencia a los bienes que proporciona la naturaleza, así como su cuidado y disfrute c) Valores y antivalores instrumentales o económicos: Los valores

instrumentales o económicos estimados como medios son deseados por lo que nos reportan.

d) Valores y antivalores trascendentales o religiosos: Los valores trascendentales o religiosos son aquellos relacionados con el sentido religioso de la vida, manifestados en la fe en un ser supremo, así como a las personas, las instituciones y acciones que las representan

Esta clasificación de Seijo Suárez (2009, 161:163), es la que nos va a guiar en nuestro estudio de valores y antivalores transmitidos por el personaje de Cipriano Salcedo en la obra El hereje. En especial los valores relacionados con la dimensión que hace que el ser humano sea singular y libre en sus decisiones y los que lo caracterizan como animal de inteligencia emocional.

A continuación, adjuntamos un cuadro resumen que engloba las dimensiones, los valores y antivalores y su manifestación más concreta

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DIMENSION VALOR ANTIVALOR

Dimensión del ser humano que lo caracteriza como animal de inteligencia emocional

Valores y antivalores

corporales cuerpo, salud,

descanso

hambre, enfermedad, cansancio,

sufrimiento,

obesidad, embriaguez

Valores y antivalores intelectuales

alfabetismo, creatividad, reflexión

analfabetismo, la ignorancia, el dogmatismo.

Valores y antivalores

afectivos amistad,

enamoramiento

tristeza, sufrimiento, carencia de afecto, angustia,

insensibilidad

Dimensión que lo hacen singular y libre en sus decisiones

Valores y antivalores individuales/liberadores

libertad, autonomía, independencia, intimidad

masificación, alineación, egocentrismo

Valores y antivalores morales

la verdad, honestidad, justicia, honradez

mentira, injusticia, violencia, opacidad.

Valores y antivalores

estéticos la literatura, la escultura

lo antiestético, lo desagradable, lo feo;

tanto en personas, acciones, cosas o acontecimientos.

Dimensión que

recoge su

naturaleza abierta o relacional.

Valores y antivalores sociales

fiesta, política,

leyes, diálogo la enemistad, la guerra, el individualismo.

Valores y antivalores ecológicos

la montaña, los jardines

contaminación, destrucción de la naturaleza.

Valores y antivalores instrumentales o económicos

el dinero, la vivienda, la tecnología

consumismo, miseria, entre otros.

Valores y antivalores trascendentales o religiosos

sacramentos, ministros, mensaje.

ateísmo, materialismo.

Seijo Suárez (2009, 161:163)

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3. ANÁLISIS

El presente análisis se centra en identificar y analizar, con ayuda de las teorías elegidas, los valores morales y mensajes éticos que Miguel Delibes quiere trasladar al lector a través de la novela El hereje, y en particular mediante la figura del personaje principal Cipriano Salcedo.

Para acometer este análisis empezaremos respondiendo las preguntas de investigación planteadas en el apartado objetivo.

3.1. ¿Qué valores morales se ponen de manifiesto en El hereje a través del personaje de Cipriano Salcedo?

Para dar respuesta a esta pregunta hemos realizado un inventario de los valores que aparecen en el texto de Delibes, identificando estos y clasificándolos según la tabla de valores elaborada por Seijo Suárez (2009, 161:163) y que se ha sido anterioriormente recogida en este trabajo en el apartado de teoría.

Para realizar el análisis hemos dividido la vida de Salcedo en tres etapas que nos ayudan a recoger y clasificar acciones y pensamientos del personaje que ponen de manifiesto su escala de valores. Estas etapas son: Cipriano niño y adolescente, Cipriano adulto, Cipriano “hereje”. Nos gustaría apuntar antes de comenzar el análisis que es complicado hacer una clasificación estanca de los valores, y aunque los vamos a ubicar según las categorías de Seijo Suárez, algunas conductas y pasajes más adelante reflejados podrían pertenecer a varias categorías a la vez, ya que en ocasiones se entremezclan. Esto no es especialmente importante ni quita validez al análisis, pero queríamos dejar constancia de ello antes de continuar.

a) Cipriano niño y adolescente

Al inicio del relato Cipriano es presentado como un antihéroe. Cipriano niño es una persona temerosa, insegura y manejable que crece en un ambiente hostil. Cipriano está desprovisto de calor fraternal, tal y como podemos leer en muchos pasajes, como por ejemplo el que relata lo siguiente: “mas cuando llegó al cuarto, honrar padre y madre, Cipriano le dijo al padre Toval que su madre había muerto al nacer él y que a su padre

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le odiaba con todas sus potencias y sentidos.” (Delibes, 2019:292). Veamos ahora qué valores son destacables de esta etapa.

Valores y antivalores corporales

Cipriano es presentado como un niño pequeño y poco desarrollado, pero este valor, o mejor dicho antivalor corporal, no parece preocupar tanto a Cipriano como a su entorno, ya que en ningún momento el personaje parece preocuparse de ello, al contrario, hace de su debilidad virtud y a pesar de parecer débil es robusto y hace uso de ello.

En una primera descripción de Cipriano bebé podemos leer: “el niño era menudo, pero no flaco, porque en lugar de huesos tenía espinas como los peces.” (2019:214). A lo largo del texto hay varias referencias al físico pequeño pero fuerte de Cipriano, pero siempre como un atributo que destacan los demás y nunca el personaje. Por poner otro ejemplo de cómo evoluciona, hay otro pasaje sobre Cipriano adolescente donde sorprende a sus compañeros por su fortaleza, de tal modo que Claudio, el Obeso, un compañero del colegio le dice: “—Tú, Mediarroba, ¿de dónde sacas esas fuerzas? En mi vida vi un tipo más espiritado que tú.” (2019:283).

Valores y antivalores afectivos

Cipriano busca el afecto y el amor que no le ha podido proporcionar su madre muerta y que su padre le ha negado. La búsqueda del amor, el calor fraternal y la amistad es una constante en la vida de Cipriano. Lo encontramos en muchos pasajes del libro, pero especialmente, en el Cipriano joven y en su relación con su nodriza y con los niños expósitos. A continuación, aportamos algunos pasajes que ilustran esta afirmación.

El Amor (valor): Cipriano siente hacia su nodriza Minervina todo tipo de amor que puede sentir un ser humano hacia otro: filial, fraternal y amoroso: “—Te quiero, te quiero; eres la única persona a la que he querido en mi vida” (Delibes 2019:308).

Prueba de ello es que con ella establece una relación de hijo, amante y amigo en las diferentes etapas de su vida.

También podemos observar este valor en su polo contrario de desapego hacia el resto de su familia, a pesar de que lo tratan con cariño y afecto: “No aceptó, en cambio, la idea de su tío Ignacio de prohijarle. El desapego de Cipriano hacia el género humano,

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su triste experiencia filial, le llevó a inclinarse por la idea de la tutela y a aceptar a su tío como tutor” (2019:307).

Odio (antivalor): Este es el sentimiento que siente hacia su padre. Cipriano no lo puede remediar y le crea problemas y conflictos de conciencia, pues siente que a un padre se le debe querer y respeta, no odiar: “Y odiar al padre todavía es un pecado más grave,

¿verdad? Tito Alba se encogió de hombros: yo no sé lo que es un padre, dijo. ¿Y qué puedo hacer yo si el odio nace en mi corazón con sólo pensar en él?” (2019:293).

La amistad (valor). Cipriano encuentra en la convivencia con los niños expósitos la amistad y la camaradería de la que no había gozado cuando vivía en su casa. Aprecia el regalo de la amistad y los echa en falta cuando se muda a casa de sus tíos una vez su padre ha muerto: “Echaba de menos a los condiscípulos, los paseos, las clases colectivas, los juegos, las charlas, las costumbres adquiridas” (2019: 307).

Valores y antivalores morales

Una constante en el personaje de Cipriano es su preocupación por los demás. Por valores morales se entiende los comportamientos que afectan a la estimación ética de la persona en su contexto de actuación personal y social. Entre ellos se encuentran valores como verdad, honestidad, justicia y honradez. Hay muchos ejemplos del libro que ilustran la presencia de este valor en Cipriano, pero estimamos que este pasaje los resume bien. Cipriano se pelea con un compañero porque abusa de otro y después de la pelea se siente mal y va a buscarlo para reconciliarse. Su compañero no lo entiende y él le dice:

— ¿Qué quieres ahora? —le dijo éste al verle a su lado.

— Hablar contigo, Corcel. Pedirte disculpas por lo del otro día. No quise lastimarte.

— Y ¿a ti qué te importo yo? ¡Ya te puedes largar!”

— Me importan todos los mortales, Corcel. Debemos ayudarnos los unos a los otros.” (2019: 296)

Como se puede comprobar en esta cita Cipriano señala explícitamente su preocupación por los demás y su necesidad de comportarse de manera correcta con las otras personas.

Valores y antivalores intelectuales

En esta etapa de su vida Cipriano comienza a estudiar, primero sin mucho éxito en casa (porque tenía miedo de su padre) y después con mucho éxito en el colegio y

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posteriormente bajo la tutela de su tío, pues el conocimiento y el cultivo de la intelectualidad es algo de lo que Cipriano disfruta, primero en el colegio: “Era curioso el cambio operado en Cipriano, su repentino afán por ensanchar el mundo de sus conocimientos, su deseo de aprender” (2019:280) y más adelante en casa de su tío, que ejerce como tutor: “Había encajado con don Gabriel de Salas y sus progresos en latín, gramática y leyes, eran notables” (2019:297).

Valores y antivalores trascendentales o religiosos

A medida que Cipriano crece la inquietud religiosa le acompaña. Esta inquietud no siempre le aporta la paz necesaria, pues es un hombre (adolescente aun en esta etapa) que siempre cuestiona, no se conforma con el dogma y trata de ir más allá, entender y comprender. Veamos un ejemplo de que aprender y aceptar no es suficiente para él:

Para entonces, Cipriano había empezado ya con sus escrúpulos de conciencia.

Atendía con sus cinco sentidos a las clases de doctrina y religión, pero de su atención no derivaba una tranquilidad espiritual. Es más, se le antojaba que su formación religiosa dejaba mucho que desear. (2019:291)

Esto es tan solo el inicio de lo que será su evolución posterior y que se manifestará aún más en las siguientes etapas.

b) Cipriano adulto

Una vez cumple la mayoría de edad, Cipriano hereda el negocio de su padre y comienza su vida de adulto. En esta etapa Cipriano se fija una serie de objetivos claros:

Unos años después, conseguidos estos objetivos, se impuso otros tres muy definidos y ambiciosos: encontrar a Minervina, alcanzar un prestigio social y elevar su posición económica hasta ponerse a nivel de los grandes comerciantes del país (2019:313).

El primer objetivo resultó imposible de alcanzar, pues no se reencuentra con Minervina hasta el día de su muerte, pero sin embargo en el camino a sus otros dos objetivos, podemos observar, que, aunque aparentemente estos no son objetivos demasiado espirituales, sus conductas si que se rigen por la misma escala de valores morales y religiosos que cuando era un niño. Mismos o parecidos valores, pero evolucionados de acuerdo a su edad y sus nuevas vivencias y circunstancias personales. A continuación, repasaremos algunos de ellos:

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Valores y antivalores corporales

Llegado a la edad adulta Cipriano sigue siendo una persona de tamaño pequeño, pero lejos de avergonzarse de ello lo asume como parte de él y lo lleva con naturalidad e incluso con orgullo, véase: “no hizo por ocultar sus manitas peludas que ahora veía fuertes y masculinas muy adecuadas para afrontar tamañas empresas” (2019:321). Por otro lado, y a pesar de su pequeño tamaño, busca el amor de Teodomira, una mujer físicamente mucho más grande que él. Posiblemente busca en ella y en su tamaño un sustituto a la madre protectora a la que nunca llegó a conocer:

— ¿No oíste nunca hablar de la atracción de los contrarios?

— No —confesó Cipriano.

— A veces uno se enamora de lo que no tiene y a su pareja le ocurre otro tanto. El hombre pequeño casado con mujer grande es un ejemplo de libro. Hay factores psicológicos que lo justifican.

Cipriano se interesó:

— Y en mi caso ¿cuál puede ser?

El tío Ignacio estaba lanzado:

— En tu caso, puedes haber visto en ella a la madre que no llegaste a conocer.

(2019:348)

Esta cita pone de relieve el pequeño tamaño de Cipriano en comparación con el gran tamaño Teodomira, así como la búsqueda personal (protección maternal) que hay detrás de esta elección.

Valores y antivalores afectivos

Como ya se ha indicado anteriormente, Cipriano no encuentra a Minervina, pero encuentra a Teodomira, una mujer muy diferente a él en tamaño, clase social y personalidad, pero de la que se enamora y con la que finalmente se casa, buscando en ella quizás las figuras de sus madres perdidas (su madre y Minervina) y del hogar y la familia que nunca llegó a tener. De nuevo es fiel a si mismo y a sus valores, pues se casa con Teodomira a pesar de la distancia física y social que les separa y la opinión contraria de sus tíos: “No estoy enfermo, no padezco mal de amores y voy a casarme”

(2019:352).

Pero igual que aparece el amor, también llega el desamor y después de muchos sucesos (maternidad frustrada, falta de adaptación al entorno, debilidad de carácter, etc.) Teodomira enloquece y tras un ataque de locura en el cual casi mata a Cipriano, es internada en una residencia de personas con problemas psicológicos. En este momento

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y a pesar de que casi ya no siente amor hacia ella, Cipriano sigue siendo leal a su promesa de matrimonio y se mantiene fiel a ella y vela por su salud y bienestar. No la abandona en ningún momento.

Valores y antivalores instrumentales o económicos

A medida que Cipriano crece y madura el personaje se va tornando diferente, empieza a destacar en la sociedad y se deja en cierto modo seducir por el éxito y sus objetivos se tornan aparentemente más superficiales (antivalor instrumental). Por un lado, empieza a triunfar económicamente: “Sin advertirlo, Salcedo empezaba a caminar por la senda de un incipiente capitalismo” (2019:325). Y por otro lado persigue el éxito y el aumento de estatus social: “aspiraba a lustrar su apellido. El título de doctor en Leyes poco significaba si no le acompañaba un privilegio de hidalguía. Acceder a la aristocracia por la base sería una astuta jugada para adornar su carrera y reforzar su prestigio personal” (2019:316).

De todos modos y como veremos a continuación a pesar de esta nueva situación de éxito y cierto modo de vanidad social, Cipriano continúa guiándose por sus valores de justicia social y no se termina de sentir cómodo ante su situación, ya que se siempre pone en el lugar de los desfavorecidos que ganan menos que él y por eso trata de encontrar fórmulas para repartir su riqueza.

Valores sociales

Cipriano es un hombre justo que busca la equidad social. El hecho de enriquecerse y no compartir su suerte con los demás le crea problemas de conciencia, por eso busca fórmulas que le permitan que otros compartan su éxito y de esta manera ser socialmente más justo:

También el negocio de los zamarros fue ocasión de problemas de conciencia para Salcedo. […] La cláusula de dar preferencia a las viudas en la elección de costureras para el taller venía dictada por el hecho de que las viudas elevaban el índice de pobreza de la villa y mucha gente se aprovechaba de ello para explotarlas. […] Así un día se levantaba de la cama con la obsesión de que había que subir el precio de los pellejos a los tramperos o el salario de los curtidores. (2019:340)

También intenta calmar sus problemas de conciencia: “Su tío procuraba calmarle haciéndole ver que él exponía y ellos no, que lo suyo era en definitiva la remuneración

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del riesgo. Cipriano acallaba los reproches de su conciencia dando pingües limosnas”

(2019:340).

Su preocupación por los desfavorecidos y la justicia social es su gran inquietud y se puede decir que Cipriano es una persona generosa, recta, y ante todo fiel a sí mismo, a su entorno y sobretodo a sus ideas.

Valores y antivalores trascendentales o religiosos:

En esta etapa de su vida los valores trascendentales o religiosos siguen siendo el eje de su vida, pues Cipriano es activo en cuanto a su crecimiento en la fe. De hecho, su inquietud es lo que le lleva a otras formas de acercarse a la fe cristiana huyendo de lo accesorio y profundizando en el sentido de las palabras y esta búsqueda abre la puerta a su futura conversión al protestantismo.

Sin embargo, Cipriano Salcedo siempre aspiraba a un perfeccionamiento moral.

Recordaba el colegio con nostalgia. Le dio por las homilías y sermones. Buscaba en ellos preferentemente el fondo de los temas, pero también la forma. […] Así se enteró Salcedo de la existencia del doctor Cazalla (2019: 340-341)

En esta cita podemos comprobar cómo Cipriano no es una persona que asiste a la iglesia simplemente por costumbre y deber. Realmente es una persona con inquietudes religiosas que escucha con atención el contenido de los sermones y busca en ellos y en las personas que los producen un acercamiento a Dios y un crecimiento espiritual.

c) Cipriano “hereje”

Esta última fase pertenece a la etapa adulta y va desde su conversión hasta su muerte, pero hemos decidido tratarla como una fase especial ya que en ella ocurren hechos determinantes en la historia de Cipriano.

Cipriano acepta una nueva doctrina que le lleva a comprometerse con el nuevo dogma y la nueva forma de entender el cristianismo. Acepta estas ideas con firmeza y siguiendo fielmente los dictados de su conciencia. Es en esta etapa final donde los valores más profundos de Cipriano saldrán a la luz: coherencia, fidelidad a sí mismo, a sus ideas, a su fe y a sus compañeros, generosidad, lealtad y sobre todo dignidad como ser humano.

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Valores y antivalores afectivos // Valores morales

En esta ocasión enumeramos algunos tipos de valores juntos, pues se entremezclan y resulta más sencillo analizarlos de esta manera.

Amor: En esta época en la que su esposa está internada, Cipriano conoce a Dña. Ana Enríquez, una integrante de la secta de la que se enamora: “Por vez primera, a los cuarenta y un años, estaba viviendo una experiencia amorosa propia de la adolescencia” (2019:508). Pero a pesar de que la mujer corresponde a sus sentimientos y de que sus creencias y caracteres se complementan, este amor no pasa de ser platónico ya que Cipriano no se permite otra cosa. En su rectitud se siente culpable del fracaso de su matrimonio ya que jamás llegó a entender a su esposa y se responsabiliza de no haber sido un buen esposo para ella: “No había entendido a Teo, pero tampoco se esforzó nunca por hacerlo” (2019:441), así que por ese motivo e intentando enmendar su culpa de la única manera que sabía, se autoimpuso una penitencia, renunciar a su virilidad y a su fortuna:

Le abrumaba la conciencia de su pecado, la destrucción sistemática de su esposa, su feroz egoísmo. Se lo confesaba a Cristo, sumiso, tratándole de tú, con humildad confiada. Y, ante la imposibilidad de rehacer lo mal hecho, apeló a su viejo anhelo de reparación. […] Tenía la absoluta seguridad de que Nuestro Señor le escuchaba, le observaba con un remoto aire de complicidad. Entonces Cipriano Salcedo, humillado, en pleno éxtasis, le formuló las dos ofrendas que había venido madurando durante el “camino: su sexualidad y su dinero. íntimos compromisos de castidad y pobreza. (2019: 443)

Esta ofrenda de castidad y fortuna revela además de su fidelidad a Teo, los valores morales que guían su conducta y que siempre están presentes durante la vida de Cipriano: honradez y la justicia personal y social. El se impone penitencia para, a su forma de ver, hacer justicia a Teo y compartir con los demás su éxito económico:

“reparto de sus bienes con quienes le habían ayudado a crearlos. Nunca había sentido especial apego al dinero, pero el firme propósito de desprenderse de él le produjo una adventicia sensación de poder” (2019: 444).

Amistad: Con la secta Cipriano experimenta el valor de la amistad y su antivalor de la traición y el desengaño. Cuando conoce a los miembros de la secta experimenta el valor de la amistad y la fraternidad, algo que anhela y persigue desde la infancia:

“Tenía conciencia de que se hallaba al comienzo de algo, de que había entrado a participar en una hermandad donde nadie te preguntaba quién eras para socorrerte”

(2019: 418). Pero también sufre la otra cara de la moneda, el desengaño y la decepción,

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cuando los miembros de la secta son apresados y juzgados por herejes y comienzan a traicionarse unos a otros para salvar su vida. Esto no es otra cosa que el antivalor moral de la mentira y la traición algo que, en una persona como Cipriano, cuyos valores y rectitud moral son profundos, impacta sobremanera: “Pero ¿qué había quedado de aquella soñada hermandad? ¿Existía realmente la fraternidad en algún lugar del mundo? ¿Quién de entre tantos había seguido siendo su hermano en el momento de la tribulación? (2029:539).

Cipriano, que es un hombre íntegro, permanece fiel a sus actos hasta el final y es fiel al juramento hecho de no traicionar a los compañeros de la secta y de no renunciar a lo que cree profundamente a pesar de que tiene constancia de que todos ellos han faltado a su palabra de protegerse unos a otros y han cometido perjurio. Así vemos cómo le dice a Fray Domingo después de haber sido torturado:

Cipriano le dijo con muy poca voz:

—y ¿no cree vuestra paternidad que el perjurio, aparte un fracaso personal, es un grave pecado? (2019:506)

También Dña. Ana le pide que perjure, aunque con poco éxito:” “Sé que le han dado tormento por no revelar el nombre de sus pervertidores. Por favor, no sea obstinado”

(2019:506).

Cipriano se siente desolado y triste por la falta de consistencia moral de sus compañeros que reniegan de sus creencias, faltan a su juramento, mienten, denuncian en falso y comprometen al resto para salvarse de la muerte en la hoguera: “A Cipriano le rezumaban los ojos enfermos ante tanta mezquindad” (2019:511). En el presidio había conseguido que el carcelero le filtrara las declaraciones de sus compañeros de la apresados y la lectura de estas declaraciones le causaban gran dolor y decepción:

“Conforme leía informes y confesiones, Cipriano sentía aumentar su desolación. […]

Así iba desestimando documentos que Dato aportaba, generalmente cobardes, falaces o maledicentes” (2019:512).

A lo largo del texto se encuentran muchos más ejemplos y a través del resto de los personajes se podrían llegar a analizar más valores y contravalores, pero debido a los objetivos marcados y la limitación de extensión de este trabajo no vamos a profundizar en ellos.

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Valores y antivalores trascendentales o religiosos:

En estos años madurez Cipriano conoce la nueva fe y va aceptando poco a poco los nuevos dogmas. Los acepta de buen grado pues una vez superado el impacto y sorteada la barrera personal de mudar las creencias con las que había crecido, se da cuenta de que los preceptos de la nueva fe se adaptan más a su forma de pensar y de entender la religión y le aportan paz de conciencia: “Le convencían sus razones, las tres, especialmente la segunda: ¿por qué los Evangelistas no habían aludido al purgatorio y sí lo habían hecho al cielo y al infierno?” (2019:399) o por ejemplo lo que tiene que ver con el cuestionamiento de la Iglesia:

Al propio tiempo, después de haber admitido la inexistencia del purgatorio, a Cipriano Salcedo poco le costaba ya aceptar la inutilidad del monjío como estado, el celibato sacerdotal o rechazar a los frailes fariseos […] Análoga facilidad encontró para rechazar el culto a los santos, a las imágenes y a las reliquias, los diezmos mediante los cuales la Iglesia explotaba al pueblo y el sacerdocio institucional (2019:404-405).

Como se puede comprobar en esta cita las inquietudes religiosas de Cipriano se van acrecentando y evolucionan hacia un pensamiento más libre y esto es fruto del gran arraigo que estos valores religiosos tienen en su persona. Cipriano ya no acepta el dogma católico tal y como lo ha conocido hasta el momento, sino que empieza a observar la religión cristiana y sus creencias desde una perspectiva crítica y abierta. El respeto a la libertad de pensamiento y conciencia es uno de los puntos clave del humanismo cristiano, y en esta cita vemos cómo Cipriano se libera poco a poco de sus creencias anteriores y comienza a pensar de forma libre, crítica y constructiva, a pesar de no ser algo fácil ni consentido en la época en la que se desarrolla la trama de la novela.

3.2. ¿Existe intencionalidad ética por parte de Delibes en El hereje?

Tal y cómo se adelantó en la introducción, Delibes expresó reiteradamente que es obligación moral de todo escritor influenciar y remover conciencias, opinaba que el escritor tiene el deber social de hacerlo a través de su obra y así lo escribe, por ejemplo, en su libro Un año de mi vida:

La novela, hoy, antes que divertir –para eso ya están el cine comercial y la televisión–, debe inquietar. Es, tal vez, el instrumento más directo de que disponemos para barrenar la oronda seguridad de una burguesía satisfecha (Delibes, 1972: 1349).

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El hereje es un buen ejemplo de este modus operandi del autor, remueve conciencias.

Tal y como hemos analizado hasta el momento Cipriano Salcedo es un hombre de rectos valores morales que ante una sociedad injusta, egoísta, dogmática y estrecha de pensamiento se mantiene fiel a sus valores y principios, a pesar de que esto le cuesta morir en la hoguera. En este sentido coincidimos con la opinión de Medina-Bocos (2005), que sostiene que la preocupación ética de Delibes se manifiesta a lo largo de toda su producción literaria y que parte de este compromiso ético se vuelca en sus personajes, casi siempre seres sencillos, cercanos y muy humanos, como es el caso de Cipriano Salcedo en El hereje. En esta misión que se autoimpone Delibes de revolver conciencias, no propone soluciones, sino que agita conciencias (Medina-Bocos, 2005) buscando una reacción positiva por parte del lector. Ya lo dijo el propio Delibes: “«Mi vida de escritor no sería como es si no se apoyase en un fondo moral inalterable. Ética y estética se han dado la mano en todos los aspectos de mi vida», reconocía” (Velasco, 2010).

Por otro lado, nos gustaría volver sobre la filosofía del humanismo cristiano subyacente a la personalidad del autor y por ende subyacente al mensaje ético que envuelve a su obra. Como ya se mencionó anteriormente, Delibes fue un hombre creyente y muy influenciado por la filosofía del humanismo cristiano. Este humanismo cristiano, se puede entrever a lo largo del relato reflejado en la personalidad de Cipriano, que es el vehículo que utiliza el autor para plasmar su propuesta ética.

El humanismo cristiano concibe al ser humano como ser digno, libre, social y solidario que tiene destino e identidad individual, pero que se desarrolla dentro de la sociedad.

Como hemos visto hasta el momento, Cipriano representa a este ser humano: libre en sus ideas y creencias, solidario con el prójimo y un ser auténtico con una profunda conciencia social. Hace lo que piensa que tiene que hacer aún en los momentos más complicados, su guía es su conciencia y esto es algo que aprendió desde pequeño de su nodriza:

— Y si no rezo ¿me voy a los infiernos, Mina?

— Entiéndeme. Tienes que aprender a distinguir lo bueno de lo malo y, una vez que lo sepas, tú eres libre para hacer lo que te plazca. (2019:272-273)

El humanismo cristiano sostiene también que el estado tiene como finalidad garantizar y promover el bien común en base al servicio de la dignidad, libertad e igualdad de las personas, y este libro es una gran denuncia de las cosas mal hechas por parte del estado

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y de la iglesia en los tiempos de la inquisición. Partiendo del ejemplo negativo de lo que no se debe hacer conduce a la reflexión de cómo un estado debería ser, para ser justo y estar ante todo del lado del inocente y protegiendo el libre pensamiento. Prueba de que esta es la intención del autor desde un principio, es que el relato comienza con una carta del Papa Juan Pablo II dirigida a sus cardenales donde se denuncian los hechos acaecidos en este periodo histórico:

¿Cómo callar tantas formas de violencia perpetradas también en nombre de la fe?

Guerras de religión, tribunales de la Inquisición y otras formas de violación de los derechos de las personas... Es preciso que la Iglesia, de acuerdo con el Concilio Vaticano II, revise por propia iniciativa los aspectos oscuros de su historia, valorándolos a la luz de los principios del Evangelio. (Juan Pablo II, a los cardenales 1994)

(Delibes, 2019: 147)

Delibes se sirve de las palabras del Papa para fijar su propia posición en la historia, el rechazo frontal de los hechos, hechos deleznables e incomprensibles en nuestro tiempo, que son el resultado de la ignorancia y de un fanatismo religioso (antivalor transcendental y de la Iglesia) que es asistido a su vez por los intereses económicos y políticos de la época (antivalores instrumentales y económicos), donde Iglesia-Estado iban de la mano. En referencia a este paratexto hay otros investigadores que han escrito sobre su sentido y significado en la novela y cuyas ideas corroboran nuestro análisis.

Entre estos investigadores está Ortega-Sierra (2013) cuya posición coincide plenamente con la nuestra: “El hereje consiste, ante todo, en una propuesta ética: la defensa de la libertad de conciencia, fruto de una inquietud personal de Delibes […]

En razón de dicha propuesta ética, el novelista inserta estratégicamente el siguiente lema entre el título y el preludio de la novela” (Ortega-Sierra, 2013:26).

Otro autor coincidente con nuestras tesis es Velasco (2010), que escribe que evidentemente Delibes, como humanista, liberal y católico no impasible ante estos hechos históricos, los denuncia como algo inaceptable en tiempos pasados, pero también en los tiempos en los que al autor le tocó vivir. No deberíamos obviar que Delibes vivió la Guerra Civil española y que posteriormente ejerció el periodismo en tiempos del franquismo y bajo la censura en una época en la que la religión, el estado y la falta de libertad iban cogidas de la mano, lo que viene a ser un símil a la inquisición vivida en la España del siglo XX. Así que, comenzando con una reflexión crítica del propio Papa, Delibes deja clara su posición de repulsa a cualquier limitación a la

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libertad de expresión y a la libertad de pensamiento político y religioso en cualquier época histórica, tal y como defienden también los postulados del humanismo cristiano.

Este análisis nos lleva a otro de los principios del humanismo cristiano: la democracia es la forma correcta de existencia del estado, cuyo fin es asegurar que se respete al ser humano como individuo, que se promueva y garantice su libertad, así como el pluralismo ideológico, político y religioso. De nuevo esto es la antítesis de lo que ocurre con Cipriano y el resto de la secta protestante.

Por último y como una constatación más de la declaración de intenciones del autor, hay que resaltar que el nombre del protagonista no está elegido al azar. Crespo López (2019), relata que Delibes barajó llamar al protagonista con otro nombre, pero al final se decantó por el nombre de Cipriano, ya que San Cipriano de Cartago fue un mártir de la Iglesia y obispo de Cartago en el siglo III después de Cristo. Este Santo fue el autor de un tratado que buscaba unificar a diversas vertientes cristianas de su época en una sola Iglesia en tiempos del emperador Valeriano. Debido a su carácter conciliador y aperturista terminó desterrado y decapitado por orden del emperador (Crespo López, 2019:45-46). Es decir, Delibes bautiza a su protagonista con el nombre de un librepensador que muere por su fe.

4. CONCLUSIONES

Tal y como hemos visto anteriormente en la introducción, Delibes declaró su filosofía como autor de transmitir mensajes, influir en los lectores y provocar algún tipo de reacción en ellos con cada una de sus producciones literarias. Persigue que el lector no solo se entretenga, sino que su objetivo final es que piense, que se cuestione y se remueva, así pues, teniendo en cuenta esta declaración de intenciones de Delibes y tras realizar el trabajo de análisis de El hereje, podemos afirmar, con bastante seguridad, que existe una clara intención de transmitir un mensaje ético por parte de Delibes en esta novela, ya que así lo declara Delibes en una entrevista:

No me considero intelectual, pero hay momentos en que las reflexiones del novelista deben ahondar más sobre temas fundamentales de la vida frente a otros menos trascendentes, y en El hereje reflexiono sobre una libertad que debe ser respetada ante todo, que es la religiosa (Jara, 2000).

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Esta obra es un canto en defensa de la tolerancia entre seres humanos y es un alegato a la libertad en todas sus dimensiones: libertad de pensamiento, libertad de conciencia, libertad religiosa e incluso a la libertad física (en alusión al encarcelamiento injusto del protagonista) y de circulación entre naciones (en alusión al cierre de fronteras que se produce en la novela para detener el protestantismo).

En El hereje subyace una clara defensa y promoción de los derechos humanos y del papel que tiene el estado en su protección e impulso (todo lo contrario de lo que ocurre en la novela a manos de la Iglesia y del Rey). Esta denuncia histórica, y la lectura moral que se puede hacer de ella está muy en consonancia con principios del humanismo cristiano que impulsó Miguel Delibes a través de su obra y de su vida (Fundación Delibes, 2011: Artículo 7).

Tanto el humanismo contemporáneo, como el humanismo cristiano, luchan y promueven la defensa de los derechos humanos y la igualdad de las personas, tal y como se revindica de forma indirecta en esta novela. Además, el humanismo cristiano concibe al ser humano como ser digno, libre, social y solidario que tiene destino e identidad individual desarrollada dentro de la sociedad. Hemos visto a través del análisis de los valores que Cipriano Salcedo representa a ese ser humano en todas sus dimensiones (libre pensador, social, solidario, fiel, coherente). Todas sus cualidades las vamos descubriendo a través de la lectura de la novela y del estudio del personaje, pero por desgracia la libertad que promueve el humanismo cristiano de Delibes, se ve anulada a manos de la Inquisición en este relato.

Con respecto al personaje de Cipriano, hay que decir que como todos los protagonistas de Delibes tiene mucho de la personalidad del autor, como él mismo admitió en el discurso de recepción del premio Cervantes:

Pasé la vida disfrazándome de otros. [...] Disfrazarse era el juego mágico del hombre que se entregaba furtivamente a la creación sin advertir cuánto de su propia sustancia se le iba en cada desdoblamiento [...] Yo no he sido tanto yo como los personajes que representé en este carnaval literario. Ellos son, en buena parte, mi biografía (Delibes, 1996: 211-216).

Ya lo indicaba Crespo López en su edición crítica de El hereje. El autor parafrasea a Pilar Celma (directora del espacio virtual dedicado a Delibes en el instituto Cervantes) y escribe: “las novelas de Delibes son esencialmente «novelas de personajes» cuyas vidas comunican «la carga ideológica que pueda haber»” (2003 citado por Crespo

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